Dicen que los que más sufren para el día de San Valentín son los que están solos, sin nadie con quien salir. Pero la verdad es que hay otro grupo de personas que puede ver su semana un poco más complicada con toda la parafernalia del día de los enamorados. Nos referimos a esas personas que, si bien no están en una relación oficial, sí están con alguien, ya sea saliendo, andando, pinchando, it’s complicated o el eufemismo que prefieran.
Porque es súper incómodo ver como todos los restaurantes a los que vas todos los fines de semana, están llenos de menúes y ofertas especiales para el dichoso día del amor, de forma que no puedes ni salir a comer sushi, porque hasta los rolls con kanikama tienen forma de corazón. Y no quieres poner a tu acompañante en la incómoda situación de mirarse en silencio, ahogando una risa incómoda, con cara de “da lo mismo esta fecha cursi y ridícula, nosotros estamos bien como estamos, je je, sí, ejem”.
Los días que anteceden a la noche de cupido tampoco son muy fáciles de superar. Partiendo por toda la publicidad que los medios y las tiendas le hacen al día de los enamorados, que hacen que todo lo que planifiques para el viernes tenga esa maldita connotación especial. Entonces si, digamos, el martes le mandas un Whatsapp a tu pinche que dice: “oye, entonces ¿qué hacemos el viernes?”, como quien no quiere la cosa, él se va a pasar todas las películas del tipo ¿será por el día de los enamorados? ¿esto se estará poniendo muy serio? ¿vamos a celebrar San Valentín? Y no, con una salida a comer pollo frito una queda contenta, pero los rollos se los pasan igual.
Pero digamos que tu no quieres hacer nada muy comprometedor, e invitas a tu andante a comer a tu casa. Así se alejan de toda la parafernalia para los enamorados, y piden una pizza como todos los viernes por la noche. Pero resulta que él pensó que quizás sería una buena idea sorprenderte con algo y ¡paff! llega con un oso de peluche con luces que se prenden en los cachetes, y que para más remate entona una power ballad si le aprietas la panza. Si se te quita el hambre, lo comprendemos.
Peor sería aún si el primer “te amo” no solo es forzado por la fecha, sino que además llega estampado en un globo inflado con helio.
También nos puede pasar a nosotras. Porque claro, puede pasar que nos pongamos nerviosas y, por tanta cosa que aparece en la tele pensemos que igual un detallito es buena onda, aunque sea como broma para reírnos de la fecha. Pero un detallito se convierte en otra cosa cuando paseamos por las tiendas y vemos cada regalo entretenido, que nos motivamos y terminamos con algo así:
Pésimo.
Mi consejo es que no se estresen y que dejen que el viernes fluya. Si lo único que hay en la tele es Sintonía de amor, véanla y ríanse de los clichés y las cursilerías. Total, el sábado va a ser 15 y ya nadie se va a acordar.
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