Siempre estamos buscando maneras de retardar el envejecimiento y vernos eternamente jóvenes. Cremas, dietas, tratamientos y demases son pan de cada día en nuestras vidas. Todo para vernos más lozanas y firmes.
Sin embargo, hay algo que no se nos puede olvidar a la hora de buscar la fuente de la eterna juventud: el ejercicio. Es que movernos definitivamente mejora nuestra salud y calidad de vida, lo que de inmediato se traduce en una mejora de nuestro aspecto físico y una batalla ganada contra la vejez y los achaques.
Por eso, el sitio Glamour.es recopiló cinco rituales tibetanos que te ayudarán a mantener tu cuerpo joven y en forma más tiempo. ¡Acá te los contamos!
El yoga, la respuesta a todo
Según el sitio español, la práctica de una disciplina como el yoga es la respuesta para mantener joven y lúcido nuestro cuerpo y mente.
“No hace falta ser una experta en yoga ni estar en forma para poder practicar las posturas. El yoga es una cuestión de constancia y los avances se van notando de manera gradual”, dice Ana Serrano, columnista fitness del sitio web.
Por eso, proponen algunas asanas (posturas) que son fáciles de replicar y trabajan todos los chakras esenciales para restablecer tu equilibrio.
“No necesitas más que un espacio con suelo blando, ropa cómoda y unos minutos que te servirán de mucho. Son los básicos para una vida más saludable que te llenarán de vitalidad y te renovará por dentro y por fuera”, aseguran.
Ejercicios para prolongar la juventud
¡Toma nota y empieza a practicar estas cinco posturas! “Hazlo de manera gradual: la primera semana, hazla tres veces; la segunda, cinco; la tercera, cada día y ya mantén esa frecuencia para siempre”, recomiendan los expertos.
Postura 1
Tumbada en el suelo, con la boca arriba y las palmas de las manos hacia abajo, mantén la columna recta y apunta la barbilla hacia tu pecho.
Luego, haciendo presión con tus brazos sobre el suelo, levanta las dos piernas pegadas y rectas, a la vez que pegas la barbilla a tu esternón, expulsando el aire.
Este ejercicio, que debes repetir idealmente 21 veces, activa el tercer chakra, del plexo solar que está vinculado a la digestión, el quinto, ubicado en la garganta y que potencia la sabiduría, y el sexto, que está en el centro de tu frente y está asociado a la intuición e intelecto.
Postura 2
De rodillas, con las piernas separadas a la anchura de las caderas, pega los brazos a tu cuerpo y el mentón a tu esternón.
Luego, apoya la palma de las manos sobre tus glúteos, toma aire y arquea la espalda con cuidado, llevando tu mentón hacia arriba. Repite 21 veces.
Esta asana estimula el segundo chakra, cerca del coxis y que está vinculado a la reproducción e instinto sexual, y el quinto, de la garganta.
Postura 3
Siéntate en el suelo formando un ángulo recto con las piernas y el tronco, apoyando las manos y dejándolas pegadas a tus caderas.
Toma aire y levanta las caderas como un puente, echando tu cabeza hacia atrás. Al expulsar el aire, descansa en la posición inicial. También debes repetirla 21 veces.
Con esto activamos el tercer chakra, del plexo solar, y el quinto, de la garganta.
Postura 4
Iniciamos el ejercicio empujando la pelvis hacia delante, contrayendo los glúteos, con las piernas juntas y estiradas. Levantamos el tronco apoyando ambas palmas de las manos en el suelo, al lado de las caderas.
Mantenemos la posición con cuidado, para no dañar nuestra área lumbar ni cervical. Repetimos en 21 ocasiones.
Con esta postura trabajamos el segundo chakra, del coxis y el quinto, de la garganta.
Postura 5
Tomando aire, levantamos las caderas, dejando las plantas de los pies y las manos apoyadas firmemente en el suelo. Dejamos nuestra espalda recta y la barbilla orientada hacia el esternón.
Repetimos 21 veces, como las anteriores. Con esta asana se activan todos los chakras.
Abdomen plano: tres ejercicios para lograrlo dejando de lado los abdominales – Biut.cl
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