Desde pedir un taxi hasta resolver cualquier tipo de duda o ponernos en contacto con cualquier persona en cosa de segundos. Sin duda, nadie puede negar que los smartphones nos facilitan la vida en diversas situaciones cotidianas.
Sin embargo, cuando este aparato se vuelve imprescindible y su uso es excesivo, estaríamos en problemas. Josefina Guzmán, psicóloga de Clínica INDISA dice que la adicción al celular se llama nomofobia y que el gran problema es que la hiperconectividad es tan común que pocos se consideran adictos, ya que no sienten que su vínculo con el teléfono sea enfermizo.
“El mundo virtual termina siendo una salida para que estas personas calmen sus frustraciones, pero al mismo tiempo produce ansiedad o estrés, por lo que en esos casos lo recomendable es cerrarlo, dejar de verlo y autoimponerse un límite en cómo y con quién se comparte”, explica.
¿Cómo saber si soy adicta al celular?
La psicóloga explica que los síntomas más comunes de esta adicción son:
1. Tener como actividad número uno el uso del celular y dejar en un segundo plano lo cotidiano, como las relaciones familiares, estudios, trabajo o amigos.
2. Aislarse de la familia y tener comportamientos que generan problemas por pasar mucho tiempo navegando, hablando por celular o pendiente de los mensajes.
3. Usar el celular para hacer todas las gestiones posibles, reduciendo al mínimo el contacto personal.
4. Manipular el teléfono en reuniones con amigos, en el trabajo, en la casa y hasta en el baño.
5. Mirar la pantalla cada dos minutos, aunque no se espere ninguna llamada.
6. Sentirse incompleto e inseguro cuando no se tiene el celular cerca.
7. Estresarse al estar en un lugar donde no se puede usar, igual que un fumador.
adicto.
COMENTAR