Lograr que los hijos se concentren o dediquen ciertas horas al estudio no es fácil. Y es que claro, es más entretenido salir a jugar o pasar horas frente a un videojuego. En muchos casos, el estudio se da de forma natural, pero en otros suele ser una actividad tediosa y aburrida.
Es por esto que crear hábitos de estudio desde pequeños hace que los niños tengan un buen rendimiento en su desempeño escolar a lo largo de los años. Se acostumbran y se convierte en un hábito tan simple como lavarse los dientes. La experta en pedagogía y directora editorial de Caligrafix, Paulina Schwarze, nos entregó algunos consejos útiles para ayudar a tus hijos a crear hábitos de estudio y, en consecuencia, mejorar el rendimiento escolar.
Según la experta es fundamental que los padres cumplan un rol activo en este proceso, puesto que actúan como supervisores y colaboran en la búsqueda de insumos, acogen sus dudas y frustraciones, y los felicitan por sus esfuerzos y logros.
Al mismo tiempo, Schwarze explica que el tiempo de estudio depende de las características propias del niño o la niña, “hay niños que se cansan con mayor facilidad que otros, por lo que si vemos que después de 30 minutos ya está cansado y no se concentra, es aconsejable detenerse”.
TIPS PARA GENERAR HÁBITOS DE ESTUDIO
1. Disponer al menos de una hora al día entre el padre y el hijo para que realicen actividades lúdicas vinculadas a los primeros deberes escolares, pero de una manera entretenida. Actividades como pintar, recortar, hojear libros y revistas, y manipular objetos didácticos.
2. Mantener en el tiempo este hábito y realizarlo siempre a la misma hora de manera que la mente del niño vaya programando sus horas de estudio.
3. Elegir un espacio de estudio que evite las distracciones y conservarlo como tal. Esto implica mantener la televisión apagada y estar lejos de los ruidos. Estudiar en un ambiente más relajado favorece el aprendizaje y lo hace mucho más significativo.
4. Acompañar al niño mientras estudia, prestarle exclusiva atención a lo que hace o realizar otra actividad intelectual como leer o escribir. De esta forma serás un modelo para tu hijo que te verá disfrutando de actividades que requieren pensar y concentrarse.
5. No estudiar justo antes de la prueba, ya que puede provocar mayor estrés y lo más probable es que lo aprendido sólo se transforme en conocimiento superficial y de corto plazo.
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