La tiroides es una glándula ubicada en la parte anterior del cuello y es la responsable de la producción de hormonas que controlan el metabolismo, el equilibrio cardiovascular, el consumo de energía y el crecimiento del organismo.
Los trastornos que la afectan son cada vez más comunes en Chile, provocando una serie de enfermedades que si bien no todas son graves, son importantes de detectar a tiempo con el fin de evitar problemas más serios a la salud.
“Los factores que inciden en el desarrollo de las hormonas tiroideas dependen del aporte de yodo, el cual se encuentra presente casi exclusivamente en la sal común, en pescados y mariscos”, explica la endocrinóloga de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Daniela Navarrete.
La especialista indica que “es vital tener un diagnóstico acertado a tiempo, para así poder tratar lo antes posible cualquier alteración que presente la glándula”.
Y recomienda a las embarazadas “realizarse el screenig precoz de la función tiroidea (prueba diagnóstica prenatal que se realiza en las primeras semanas del embarazo), pues en el primer trimestre de gestación el embrión carece de glándula tiroidea por lo que sólo depende de las hormonas de la madre”.
Trastornos más frecuentes
Navarrete indica que son tres los trastornos más comunes que se producen por problemas con esta glándula: hipotiroidismo, hipertiroidismo y nódulos.
Hipotiroidismo
La experta señala que “ocurre cuando existe insuficiencia de la hormona tiroidea. Se manifiesta con más frecuencia en las mujeres y personas mayores de 60 años, y hay más propensión si alguien en su familia lo padece”.
Además indica que el hipotiroidismo es una patología GES y que “su prevalencia, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud 2010, es de un 19,4 % de la población mayor de 15 años”.
La endocrinóloga dice que entre sus síntomas se encuentran:
Cansancio/letargo
Depresión
Sensación de frío
Aumento de peso (2 a 4 kilos)
Sequedad de la piel y el cabello
Estreñimiento
Alteraciones menstruales
Y agrega que la enfermedad de Hashimoto es la causa más común de hipotiroidismo. “Debido a este trastorno, el sistema inmunitario ataca y daña la tiroides, de manera que no puede producir suficiente hormona tiroidea”, comenta.
Junto con esto, asegura que también puede producirse por “tratamiento con yodo radioactivo o cirugía de la tiroides y también puede presentarse al nacer un niño si la glándula no se desarrolla debidamente”.
Hipertiroidismo
Este trastorno causa un aumento de actividad de la glándula tiroides y una producción excesiva de hormona tiroidea. “Si no se trata, el hipertiroidismo puede causar otros problemas de salud. Algunos de los más serios afectan el corazón (palpitaciones irregulares e insuficiencia cardíaca congestiva) y los huesos (osteoporosis). Es posible que las personas de edad avanzada o con casos leves de hipertiroidismo no presenten ningún síntoma”, enfatiza la doctora.
El hipertiroidismo es más común en las mujeres de 20 a 40 años, pero los hombres también pueden tener este trastorno. “Su prevalencia de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud 2010, es de un 0,5% de la población mayor de 15 años”, afirma.
Y agrega algunos de los síntomas:
Sensación de mucho calor
Debilidad muscular
Temblor en las manos
Palpitaciones
Cansancio o fatiga
Pérdida de peso
Diarrea o evacuaciones intestinales frecuentes
Menstruación irregular
Problemas en los ojos como irritación o molestia
Navarrete destaca que “para combatir esta enfermedad existen tres tratamientos posibles: Fármacos, yodo radioactivo y/o cirugía, lo cual producirá una disminución de hormonas tiroideas”.
Nódulos tiroideos
La endocrinóloga explica que “es el crecimiento focal de la glándula tiroides. Puede desarrollarse a cualquier edad, aunque es más frecuente en las mujeres de mediana edad. En la mayoría de los casos son benignos y sólo el 5% de ellos pueden ser cancerígenos”.
E indica que “para detectarlos, se lleva a cabo una palpación o ecografía. Pueden ser uni o multinodular”.
La especialista afirma que “los nódulos no presentan síntomas y, en general, no representan gran peligro, aunque es importante diagnosticarlos a tiempo para evitar alguna complicación”.
Eso sí, advierte que a pesar de esto, “a veces, al ser de mayor tamaño, pueden causar dolor o ronquera e incluso dificultar el tragar o respirar”, finaliza.
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