Aunque la mayoría de nosotras nos preocupamos todo el año de cuidar la piel de nuestro rostro, existen algunos malos hábitos que realizamos diariamente que atentan contra este objetivo y es probable que no te hayas enterado hasta ahora.
A continuación Ariana Sánchez, Médico Especialista en Medicina Estética y Antiaging de Vitaclinic, explica en detalle lo que no debemos descuidar a la hora de cuidar la piel.
1. No retocar el protector solar
Las personas creen que en los días nublados o al estar en un lugar cerrado, no están expuestos a luces ultravioletas que pueden afectarnos la piel y es un error, los rayos UV se reflejan y son los que afectan sobre todo a las pieles más claras.
El espectro que cubren los protectores solares dura entre dos a tres horas, por lo tanto, es importante en la mañana salir con protector solar y retocarlo a las dos o tres horas.
2. No tener una adecuada rutina de limpieza por las noches
Es importante la rutina de limpieza por las noches, ya que la ciudad tiene mucha contaminación y durante el día estamos en contacto con los gases que se emiten de la polución, por lo tanto se acumulan impurezas en la piel. Por lo que, es clave liberar toda esta suciedad de la piel, para que los poros estén despejados y las células de nuestra piel puedan tener un adecuado metabolismo.
Es recomendable limpiar la piel con un agua micelar (hay para cada tipo de piel) y en el caso de las mujeres siempre retirar el maquillaje antes de dormir.
3. No tomar suficiente agua en el día
Nosotros tenemos en el cuerpo algo que se llama homeostasis, que es el equilibrio que se mantiene de líquidos en el cuerpo. Una persona que se deshidrata y que no toma suficiente agua y que abusa de sustancias como el alcohol y el café que son deshidratantes, el cuerpo no pondrá como prioridad mantener la piel hidratada. Lo que va a mantener es la homeostasis sanguínea que es la más importante y por lo tanto, la piel va a tender a ser más seca.
Es importante consumir entre dos a tres litros diarios de agua para poder mantener el equilibrio de los líquidos del cuerpo y así tener una piel más hidratada y evitar la formación de estrías.
4. Creer que al tomar sol nos bronceamos por parte
No es así, la piel es un órgano completo, nosotros tenemos dos metros cuadrados de piel y si te bronceas y te quemas por ejemplo las piernas, igual estas induciendo la hormona estimulante del melanocito. Por ejemplo, si tienes tendencia a que se manche tu piel, aunque no tomes sol en esa zona más sensible, de igual forma se verá afectada.
5. No comer suficientes vegetales verdes
Los vegetales, las frutas y los frutos secos, contienen micronutrientes como vitaminas, minerales que son importantes en la cadena de formación de colágeno que es el que nos mantiene la piel bonita, rosada, turgente. Si no comemos los suficientes vegetales verdes, no habrá buena formación de colágeno y elastina y tendremos una piel opaca y seca.
6. No escoger una crema adecuada para las necesidades de cada piel
Es importante acudir a su médico para que le indique qué tipo de cremas debe usar para su cuidado diario.
Hay personas que ocupan la crema del cuerpo para la cara, algo que es fatal ya que si el paciente tiene tendencia a tener rosácea o acné, la crema del cuerpo es muy ácida y no tiene el pH adecuado, por lo tanto va a aumentar los problemas a la piel.
7. No dormir suficiente
Lo recomendable es dormir 6 a 8 horas, lo que sucede es que cuando no tenemos un sueño reparador, se desencadenan hormonas de estrés en el cuerpo y todo lo que signifique estrés para el organismo va a causar un desequilibrio que puede significar aumento de los radicales libres que son los enemigos número uno de la juventud, por lo que al tener más radicales libres tendremos más oxidación de las células y por lo tanto, una piel opaca y reseca. Tendemos a arrugarnos más cuando no dormimos.
8. Debemos cuidar nuestros pensamientos
Los pensamientos son energías, si nosotros pensamos todo el tiempo en “no sirvo para esto”, “tengo muchos problemas” y estamos cargados de ese estrés, evidentemente nos vamos a cargar eléctricamente y secretaremos más hormonas y neurotransmisores de depresión, ansiedad y esto hará que no rindamos bien en el día a día. Es un círculo vicioso y al nunca liberar las emociones negativas y aparentar que todo está bien, terminamos enfermando nuestro cuerpo.
La Dra. Sánchez recomienda que mientras más temprano comencemos con estos buenos hábitos de cuidados con nuestra piel, idealmente desde el inicio de la adolescencia, mejores resultados tendremos en nuestra edad madura.
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