Patrisha Organo de 24 años de edad es auxiliar de vuelo de la aerolínea Philippine Airlines y hace unos días fue protagonista de una bonita historia con un bebé al que dio de amamantar en un vuelo.
En el avión iba la madre del bebé y el recién nacido, que comenzó a llorar porque tenía hambre y a la madre se le había acabado la leche de fórmula. Ante esto, y las miradas de los demás pasajeros, Organo se acercó para ver qué sucedía y relató posteriormente en un post de Facebook que “sentí un pellizco en mi corazón. No hay leche de fórmula a bordo. Pensé en mí misma, sólo hay una cosa que podría ofrecer y esa es mi propia leche. Y así se la ofrecí”.
Finalmente la joven azafata contó que “vi el alivio en los ojos de su madre. Yo seguía alimentando al bebé hasta que se durmió. La acompañé de vuelta a su asiento y justo antes de que me fuera, la madre me dio las gracias sinceramente”.
Recordemos que hace un tiempo otra imagen, que muestra una mujer policía amamantando a un bebé abandonado, también fue muy aplaudidad en redes sociales. Por esto nos preguntamos ¿cualquiera puede amamantar a un bebé ajeno?
Lactancia compartida
La Red Nacional de Asesoras de Lactancia contestó esta pregunta en el sitio de maternidad Super Madre, donde recuerdan la figura de las nodrizas, para corroborar que sí es posible amamantar a un bebé ajeno.
Desde la organización que fomenta la lactancia materna, aseguran que “siempre será mejor opción la leche materna, ante la fórmula, inclusive si esta leche donada es de madres que amamantan a bebes de término o de más meses de quienes la recibirán, sin tener riesgo alguno (…) En la actualidad aún podemos ver madres, hermanas, primas que ofrecen el pecho a algún familiar, aunque hoy se hace en un contexto más de confianza”.
En cuanto a la razón que motiva a una mujer a ofrecer el pecho a un bebé que no sea su hijo, las expertas mencionan una publicación sobre lactancia compartida realizada por Ibone Olze, psiquiatra infantil, quien explica “que muchas mujeres que amamantan, en presencia de un lactante que llora, aparece instintivamente las ganas de ponerles el pecho. Claro que por una esencia social o el pudor del que dirán uno no lo hace, no lo ofrece pero la esencia está ahí, algo que la naturaleza ha previsto que hagamos espontáneamente ya que es parte de la supervivencia de la especie”.
A esto se suma la opinión de Laura Quinteros, puericultora egresada de la Escuela de Formación en Puericultura y Familia PyC, de CABA, quien asegura en el sitio argentino Rio Negro, que “cualquier leche, de cualquier mujer, es mejor que lactancia de fórmula (…) Lo mejor es que otra mujer le dé teta, mejor que cualquier otro líquido porque tiene propiedades que hacen que la hidratación sea más rápida”.
Desde La Red Nacional de Asesoras de Lactancia llaman a no perder esta costumbre, “apostamos a que no se pierdan los “hermanos de leche”, las madres nodrizas y el apoyo tanto de la población como entes de salud al informar y animar a realizar este acto natural”.
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