¿Quién dijo que alimentación sana es sinónimo de comida aburrida e insípida? Pues el que lo afirmó no probó las exquisitas frutas que ofrece la temporada de verano. Sandías, melones, duraznos, ciruelas y frutillas llenan de colores los pasillos de supermercados y ferias. Mucho más que cautivantes aromas y sabores, estos alimentos tienen enormes beneficios para el organismo. “Las frutas son ricas en vitaminas, antioxidantes y fibras. Una ración aporta aproximadamente 60 calorías -entendida como una porción que cabe en la palma de la mano- y se recomiendan entre 2 a 3 raciones diarias. Sí hay que tener cuidado, porque no significa que se pueden comer libremente. Es preferible consumirlas frescas y con cáscara, ya que así dan mayor saciedad por su alto contenido de fibra”, explica Ana Palacio, nutricionista del Centro de Tratamiento de la Obesidad de la Universidad Católica.
A continuación, una detallada lista de las frutas de estación y por qué se debe privilegiar su presencia en los platos. Una invitación a aprovechar los pocos meses de esplendor de estos deliciosos frutos.
DURAZNO
¿Quién no se manchó alguna vez devorándose un exquisito durazno maduro? Un posible placer culpable si no fuera por los enormes beneficios para nuestro organismo que tiene este fruto. Gracias a su alto contenido de vitaminas A, C, E y B, además de sodio, potasio y hierro, es excelente para limpiar los riñones de cálculos y piedras. También aumenta las secreciones de bilis en el hígado, lo que mejora el funcionamiento de la vesícula y elimina las grasas, una ayudita que nunca está de más en esta época del año. Propiedades como ser un suave laxante y ser rico en antioxidantes suman más puntos a esta dulce fruta de verano que muchos desearían se extendiera más allá de un par de meses.
Como dato, a fines de febrero comienzan a salir los duraznos conserveros, una alternativa ideal para prepararlos en conserva (cuidado con el azúcar) y disfrutarlos cuando la madre naturaleza ya no nos los provea.
Si bien es posible comer estas frutas sin que necesariamente nos pasen la cuenta en kilos, especialistas coinciden en que su consumo debe ser moderado, ya que contienen azúcar. Cada fruta tiene su porción, y no debe superar las 3 raciones diarias.
CIRUELAS
Rojas, amarillas, moradas, dulces y ácidas; las hay para todos los gustos. Pequeñas en tamaño, pero grandes en beneficios. La función número uno de la ciruela es de conocimiento popular, y una ayuda no menor para aquellas mujeres que sufren de estreñimiento y buscan una solución natural.
Se compone en un 80% de agua y tiene un bajo aporte calórico. Otra de sus propiedades es que es rica en vitamina E, una excelente aliada contra el envejecimiento y las arrugas. Además su contenido de vitaminas A y C refuerza las defensas del organismo, y aporta calcio, potasio, hierro y magnesio.
Para aprovechar al máximo todas sus propiedades, se recomienda consumirlas bien maduras. Al escogerlas, elija las que estén firmes, con la piel sana y cubiertas de ese polvillo mate y blanquecino.
MELÓN
Calameño, tuna, tipo galia, etc. La oferta es amplia, pero sus propiedades son similares, aunque los más nutritivos son los de pulpa naranja. Se componen en un 90% de agua, tienen un refrescante sabor dulce y son muy bajos en calorías. Una porción de 100 g contiene más de la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C.
Es rico en antioxidantes, lo que contribuye a la prevención de cáncer y padecimientos cardíacos. Además es un buen depurativo y rehidratante, especial para capear las altas temperaturas. También se utiliza para combatir el estreñimiento. A estas propiedades se suma su alto contenido de calcio, magnesio, potasio y fósforo.
Al comprar un melón fíjese en el extremo del rabillo, éste debe estar tierno -no muy duro o de coloración irregular, ni demasiado blando-, además debe tener un aroma intenso.
SANDIA
¿Habrá algo más refrescante que un trozo de sandía bien helada una tarde de verano? Esta fruta, también conocida como melón de agua, es ideal para hidratarse en la época de altas temperaturas, ya que está compuesta en un 93% por agua. Además, un pedazo de 250 g tiene sólo 50 calorías y produce bastante saciedad. Aporta un 42% de las necesidades diarias de vitamina C, 15% de vitamina A y 10% de vitamina B1.
Entre sus múltiples propiedades destaca su efecto purificante (ayuda a eliminar toxinas), contiene antioxidantes, favorece la lactancia ya que fluidifica la leche materna, baja la fiebre, es diurética y tiene un suave efecto laxante. Además un reciente estudio estadounidense demostró que la sandía reduciría la presión arterial a índices normales y el riesgo de tener problemas cardíacos.
Para elegir una buena sandía el truco está en darle unos golpes suaves con la mano, si suena como si estuviera hueca, es probable que esté madura y abrosa.
FRUTILLAS
Aunque las podemos encontrar durante todo el año, en los meses de verano salen de sus reducidos envases en cajitas plásticas, e invaden con su intenso aroma y color los puestos de fruta en supermercados y calles. Tienen gran cantidad de ácido salicílico, lo que ayuda a eliminar el exceso de ácido úrico, previniendo artritis y reuma. Al igual que las anteriores frutas de la estación, es utilizada como un laxante suave gracias a las pepitas que la recubren. Si para usted frutillas y crema son inseparables, reemplácela por un yogur sin sabor. Este cambio marcará la diferencia en el conteo de calorías.
COMENTAR