“La sociedad de pediatría del mundo, hasta hace tres meses decía cero pantalla hasta los tres años. Pero a la luz de las últimas investigaciones, es cero pantalla hasta los cinco”.
Así de tajante es Carolina Pérez Stephens, educadora de párvulos de la Universidad Católica y máster en educación de la Universidad de Harvard, respecto a la exposición que debería tener un niño a cualquier tipo de pantalla.
“Cuando un niño está frente a una pantalla interactiva, el nivel de dopamina que secreta el cerebro es equivalente a un shot de heroína. Por eso el niño queda viciado”, explicó Carolina en entrevista con Biut.
La educadora de párvulos de la Universidad Católica y máster en educación de la Universidad de Harvard, agregó que cuando le damos a un niño un smartphone, “es daño lo que le estamos provocando. (…) Cuando te explican que este chorro de dopamina en el cerebro, va directo a matar las neuronas de la ínsula, que es la oficina de ser buena persona, que tiene relación con la compasión y la empatía, tu no quieres eso para tus hijos”.
“Mi experiencia es que a los niños de hasta tercero básico, tu les quitas todo y se van a jugar felices. Los niños de cuarto, quinto y sexto, que ya están con un umbral de placer bastante más fuerte, tu les quitas todo y tienes que ser como un coach, llevarlos a la plaza, entretenerlos porque no son capaces de entretenerse solos. Y a los niños de séptimo, octavo y para arriba, para muchos ya es con terapia psiquiátrica, porque ya los problemas son bastante más severos”, advirtió la especialista que ha tenido acceso a las últimas investigaciones de neurociencias sobre los nocivos efectos del exceso de pantallas en los niños.
Revisa la entrevista completa a continuación
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