Hace un tiempo se abrió un intenso debate sobre si los padres deben o no, besar a sus hijos en la boca.
Sobre esto, Chile Crece Contigo se demostró partidario de evitar este tipo de gestos que pueden confundir a los niños. Por su parte, la la psicóloga, Sandra Inostroza advirtió en Biut que “es una forma que tiene que ver más bien con expresar amor sexual más que fraterno”.
Pero ¿qué pasa cuando obligamos a nuestros hijos a saludar con un beso en la mejilla? Sobre este tema, la actriz Ignacia Allamand dedicó una columna en el sitio femenino Nueva Mujer.
La actriz comenzó su columna aclarando que “no soy una experta en crianza”, pero de todos modos quiso plantear su postura sobre este tema, que le llama la atención.
“Hace un par de semanas me tocó vivir una situación que nunca me había llamado la atención, pero esta vez se me hizo muy evidente: la manera en que algunos padres, supongo que respondiendo a una regla de etiqueta obsoleta, prácticamente obligan a sus niños a saludar de beso a adultos que no conocen”, escribió.
“‘Dele un beso a la Nacha, no sea maleducado’. Entiendo que al saludar es importante decir ‘hola’. Pero, ¿por qué es necesario exponer a un niño a tener contacto físico con un desconocido? Muchas veces los niños sienten confianza inmediata y se acercan tranquilos y te dan un beso, pero otras no. Están cansados, son tímidos, tienen hambre o sueño, o simplemente no tienen idea de quién eres, aunque sus papás te conozcan de toda la vida”, continuó.
“Cuando escucho eso, miro al niño a los ojos, le sonrío y le digo ‘sólo si tú quieres, no pasa nada’. Y cuando dicen que no, la gran mayoría de las veces al despedirme, son ellos los que espontáneamente se despiden con un besito, porque ya no somos extraños”, reveló.
La actriz aprovechó la instancia para confesar que, “tengo recuerdos vividos de mi época de colegio cuando un par de señores, siempre los mismos, no dudaban en darte el famoso beso cuneteado. Un horror al que había que someterse en función de los ‘buenos modales'”, contó.
“Un beso no es una señal de educación, es un acto de intimidad (…) ¿No sería más lógico que, como adultos, ayudáramos a nuestros niños a desarrollar la habilidad de sentir la energía y decidir si quieren o no acercarse a una persona? No todos nos sentimos cómodos con el contacto físico”, sentenció.
Por esto, expresó que es fundamente aprender “a escuchar y respetar a nuestros niños, entrenémoslos para ser conscientes de sí mismos (…) Es nuestra responsabilidad potenciar que los niños se conecten con lo que sienten. Respetar sus tiempos, procesos, y enseñarles que son dueños de sus cuerpos y que no tienen que tocar ni besar a nadie si no quieren (…) Nos preocupa más que el niño se muestre bien educado que enseñarle a oír esa voz de ‘alarma’ interna”, finalizó.
¿Qué dicen los especialistas?
Aunque la actriz comentó que varias veces le ha pasado que no consideran sus opiniones sobre crianza por no tener hijos, su postura sobre obligar a los niños a saludar con un beso en la mejilla, va en línea con lo que recomiendan varios profesionales de la salud mental infantil.
La psicóloga infanto juvenil, Varinia Signorelli, recomienda enseñar a los niños a saludar y despedirse con un “hola” y “chao”, pero evitar obligarlos a dar besos o abrazos si no quieren, porque puede dejarlos vulnerables a cualquier tipo de abuso.
“Para que un niño sea capaz de querer su cuerpo tiene que sentirse amado y respetado por las personas que lo cuidan. Cuando lo obligamos a saludar con un beso, lo que estamos haciendo es enviarle un mensaje que dice: ‘nosotros, los adultos, decidimos sobre tu cuerpo, a quien le quieres manifestar el cariño y si es que no quieres, entonces tienes que obedecer, porque tu cuerpo es del adulto, no es tuyo.’ (…) Entonces, no es recomendable que un niño crezca creyendo que su cuerpo es manejado por el adulto. Quizás, lo mejor es enseñarles a siempre decir ‘hola y chao’. Pero jamás obligar hacer algo con su cuerpo, como un beso, porque es una genuina demostración de cariño (…) Obligarlo es transgredir su propio deseo de demostración de cariño y eso podría dejarlo vulnerable a cualquier tipo de abuso de parte de un adulto que lo obligue a darle besos”, finaliza.
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