La falta de una proteína que recubre a los espermatozoides y les permite moverse ágilmente hacia el óvulo para fecundarlo parece explicar porqué unos hombres son más infértiles que otros, revela una nueva investigación.
El estudio internacional descubrió que la proteína -llamada DEFB126- actúa como una “capa de invisibilidad” que permite a los espermatozoides atravesar la mucosidad cervical y evitar al sistema inmune para alcanzar al óvulo y fecundarlo.
Pero muchos hombres tienen una mutación genética que les impide contar con este “envoltorio”, lo cual podría explicar muchos casos de infertilidad masculina en el mundo, afirman los científicos en Science Translational Medicine (Science, Medicina Traslacional).
La investigación -en la que participaron científicos de las universidades de California en Davis; de Illinois en Chicago, Estados Unidos; de Burnaby, Canadá; de Leicester, Inglaterra, y la Universidad Médica Anhui, en Hefei, China- podría conducir a nuevas formas de exploración y tratamiento de parejas que enfrentan problemas de fertilidad, señalan los expertos.
Defecto genético
Se calcula que cerca de 25% de los hombres en el mundo poseen dos copias del gen defectuoso que impide tener la proteína DEFB126.
Esto, puede afectar significativamente sus probabilidades de reproducirse.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la prevalencia de infertilidad en muchos países del mundo es de cerca de 14%.
En casi la mitad de las parejas que enfrentan problemas de fertilidad, la causa está en el hombre.
Pero según el profesor Ted Tollner, quien dirigió el estudio en la Universidad de California, uno de los misterios que los especialistas han enfrentado hasta ahora es que la cantidad y calidad del esperma parecen tener muy poco impacto en la fertilidad del individuo.
El profesor Tollner y su equipo estaban investigando formas de crear una vacuna anticonceptiva y decidieron estudiar a la proteína DEFB126 con el objetivo de crear anticuerpos.
Esta proteína pertenece a una familia de moléculas, llamadas defensinas, que se encargan de matar a gérmenes y se encuentran en las superficies mucosas del organismo.
En el hombre, las defensinas son producidas por los testículos y depositadas en el esperma donde forman una gruesa capa para cubrir a los espermatozoides.
Por accidente, descubrieron en el laboratorio que una copia del gen humano del DEFB126 tenía una mutación que evitaba que éste pudiera producir la proteína.
“Reparación” de esperma
Pero cuando analizaron esperma de un donante diferente encontraron que éste si era capa de producir la proteína normalmente.
Al seguir investigando encontraron que el esperma del hombre con el gen defectuoso se veía normal bajo el microscopio y nadaba igual que el esperma normal.
Sin embargo, cuando colocaron un gel artificial -similar a la mucosa cervical, una sustancia en el cuello uterino que puede bloquear la entrada de los espermatozoides al útero- observaron que el esperma del gen defectuoso no lograba atravesarlo.
Posteriormente, los científicos descubrieron que si añadían la proteína normal al esperma éste recuperaba sus habilidades normales.
Los científicos también llevaron a cabo análisis en muestras de ADN de individuos en Estados Unidos, el Reino Unido, China, Japón y África, y encontraron que en todas estas poblaciones cerca del 50% de los hombres tienen una copia defectiosa del gen y 25% tiene dos copias defectuosas.
Esto, afirman los científicos, podría explicar la alta incidencia de infertilidad en muchos países del mundo.
Los científicos creen que el hallazgo podría conducir al desarrollo de una prueba sencilla que identifique la mutación genética en una pareja.
“Los hallazgos genéticos de Tollner et al. ofrecen dos oportunidades clínicas” comenta el doctor Steve Rozen, de la Universidad Nacional de Singapur.
“Una futura oportunidad es la posibilidad de tratar el esperma del hombre para restaurar la proteína DEFB126”.
“Y la posibilidad clínica más inmediata es la de contar con un análisis que dirija la elección del momento y el tipo de intervención de reproducción asistida” agrega.
Por ejemplo, dicen los investigadores, se podría someter directamente a la mujer a un tratamiento de inyección intracitoplásmica de espermatozoides o ICSI, evitando otros costosos procesos de detección y diagnóstico.
<!–
var _rsCI=”bbc”;
var _rsCG=”0″;
var _rsDN=”//secure-uk.imrworldwide.com/”;
// –>
&amp;amp;lt;div&amp;amp;gt;&amp;amp;lt;img src=”//secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=bbc&amp;amp;amp;amp;cg=0&amp;amp;amp;amp;cc=1″ mce_src=”http://secure-uk.imrworldwide.com/cgi-bin/m?ci=bbc&amp;amp;amp;amp;cg=0&amp;amp;amp;amp;cc=1″ alt=””/&amp;amp;gt;&amp;amp;lt;/div&amp;amp;gt;
COMENTAR