Carey Mulligan interpreta a Daisy Buchanan, el objeto de deseo de la cinta, y para eso tuvo que usar joyas tan valiosas que un equipo de la tienda Tiffany & Co la siguió durante todo el rodaje.
El Gran Gatsby es sinónimo de opulencia, brillo y lujo a destajo. Y en medio de todo el brillo, se encuentra Carey Mulligan, la actriz de sonrisa tímida, que toda su vida ha destacado por su estilo sencillo. Pero para interpretar a la burbujeante Daisy Buchanan en la cinta de Baz Luhrmann, tuvo que enfundarse de las joyas más valiosas.
Los diamantes fueron prestados por la conocida joyería Tiffany & Co -que quedó en la historia gracias a Desayuno en Tiffany’s. Y por el alto valor de estas joyas, un set de guardias de seguridad siguió a Mulligan durante todo el rodaje de la cinta.
Así lo reconoció la actriz a la revista Vogue, donde añade que “yo podía estar haciendo una escena, usando estas joyas fabulosas de Tiffany’s, avaluadas en muchos, muchos millones. Habían brazaletes de diamantes en cada brazo, aros de diamantes, y anillos, e hilos de perlas alrededor de mi cuello. Y podía ver a un tipo en la esquina, mirándome fijamente, en caso que me escapara con algo”.
El lujo del personaje de Mulligan no se retrataba solamente en las joyas, sino que además en el vestuario, que estuvo a cargo de Catherine Martin.
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