A la mayoría de las personas les gustaría tener una vida larga y con buena salud, con el fin de tener más tiempo para pasar con sus familias, para lograr llegar a la cima en su área profesional y también para vivir el amor intensamente todo lo que se pueda. Sin embargo, en la actualidad algunos vicios propios de nuestra sociedad, entre ellos el tabaquismo y el consumo elevado de alcohol, son algunas de las causas que han frenado este deseo, ya que en vez de contribuir de forma positiva, sólo empeoran nuestra calidad de vida.
Pese a ello, la naturaleza ha querido darnos una oportunidad de alargar nuestra estadía en la tierra, a través de algo tan simple como comer frutas y verduras. Así lo cuenta el sitio Muy Interesante, que cita una investigación que fue hecha en el marco del Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC) y que fue publicada en la revista American Journal of Epidemiology. En ella se señala que comer este tipo de alimentos desciende el número de muertes, sobre todo aquéllas que son causadas por enfermedades cardiovasculares, debido a que algunas frutas y verduras tienen el contenido de antioxidantes suficiente para contrarestar el efecto de estrés oxidativo que produce el cigarro, la obesidad y por su puesto, el beber en exceso.
Según este trabajo, las personas que comen más de 569 gramos de frutas y verduras al día tienen un 10% menos de riesgo de morir, y además esto retrasa el fallecimiento en 1,12 años, en comparación a quiénes consumen menos de 249 gramos diarios.
Junto a esto, el estudio detectó que si toda la población que come poca cantidad de frutas y verduras, aumentara su consumo entre 100 a 200 gramos al día –alcanzándose así las recomendaciones de 400 a 500 gramos al día–, la mortalidad se reduciría en un 2,9%.
Las verduras crudas son las mejores
A la hora de elegir los alimentos naturales que más sirven para prolongar la vida, las verduras crudas son las que lideran el listado, pues, según detallan los investigadores, en los casos en que se aumentó el consumo de frutas no se observó una reducción significativa del riesgo, sin embargo, quienes privilegiaron las verduras sí, pero sólo si es que no estaban cocidas.
De hecho, según explica María José Sánchez Pérez, co-autora del estudio, un consumo elevado de verduras crudas implica un 16% de reducción del riesgo de mortalidad.
La primavera es una buena época para comenzar a incorporar este tipo de alimentos en nuestra dieta, ya que los días más calurosos hacen que nos den ganas de comer cosas más frescas como frutas y verduras, que podemos condimentar con ricos aderezos, o bien, dándoles presentaciones más exóticas para que no sean tan aburridas.
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