Un estudio llevado a cabo en once países -incluidos México y Colombia- muestra que la incidencia del trastorno bipolar es mucho mayor de lo que se piensa.
La investigación, publicada en Archives of General Psychiatry (Archivos de Psiquatría General), incluyó a más de 61.000 personas y encontró que hasta 2,4% de la población global podría sufrir alguna forma de la enfermedad.
El trastorno bipolar, una enfermedad mental que puede comenzar a afectar a una persona en cualquier momento de su vida, causa discapacidad durante toda la vida.
Y esto, dicen los investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, ha sido pasado por alto por la mayoría de los gobiernos, principalmente en países de bajos y medianos ingresos.
“El trastorno bipolar es responsable de la pérdida de más años de vida libres de incapacidad que todas las formas de cáncer o que los principales trastornos neurológicos como la epilepsia y la enfermedad de Alzheimer”, comenta la doctora Kathleen Merikangas, quien dirigió el estudio.
“Y esto se debe principalmente a que suele aparecer muy temprano y puede durar toda la vida”, agrega.
Diversa incidencia
El trastorno bipolar, también llamado trastorno maníaco-depresivo, se caracteriza por cambios drásticos del estado de ánimo y en los niveles de energía y de actividad, los cuales pueden afectar el rendimiento laboral o las relaciones personales.
Sus síntomas pueden incluir un episodio severo de manía (con siete días o más de duración) o alteraciones en el estado de ánimo que resultan en una marcada discapacidad, la necesidad de hospitalización o episodios de psicosis.
El estudio fue llevado a cabo en México, Colombia, Brasil, Estados Unidos, China, Japón, Bulgaria, Rumania, India, Líbano y Nueva Zelanda.
Se encontró que el país con la prevalencia más alta de la enfermedad es Estados Unidos, mientras que el que tiene menos incidencia es India.
Más de la mitad de los participantes dijo que los síntomas de su enfermedad habían comenzado en la adolescencia, a una edad promedio de 18 años.
“A pesar de que la incidencia de la enfermedad varía de país a país, la severidad del trastorno, su impacto en la vida diaria y los patrones de asociación con otras enfermedades son extraordinariamente similares”, dice la doctora Merikangas.
Por ejemplo, el estudio encontró que casi 75% de las personas que habían sufrido alguna forma del trastorno presentaban también un historial de otras tres o más enfermedades mentales.
“Encontramos que los trastornos de ansiedad, en particular los ataques de pánico seguidos de fobias, estaban más presentes en los pacientes bipolares (63%), seguidos por aquellos con trastornos de conducta (45%) y enfermedades asociadas al abuso de sustancias (37%)”, precisa la doctora Merikangas.
También se encontró que una de cada cuatro personas con alguna forma de bipolaridad habían intentado suicidarse.
La enfermedad, dicen los autores, es más prevalente en hombres que en mujeres, y el estatus marital y laboral también están “significativamente vinculados” al trastorno bipolar.
Poco acceso a tratamiento
El estudio muestra, asimismo, que en muchos países los individuos afectados por el trastorno bipolar tienen muy poco acceso a tratamientos.
Según los investigadores, “menos de la mitad de los pacientes con alguna forma de bipolaridad habían recibido tratamiento de salud mental, principalmente en países de medianos o bajos ingresos”.
En estas naciones, sólo 25,2% de los pacientes informaron haber tenido contacto con los servicios de salud mental, dicen los autores, y cerca del 75% nunca habían consultado a algún especialista.
Tal como señala la doctora Merikangas, “estos resultados documentan la magnitud y el gran impacto del trastorno bipolar en el mundo”.
“Y ponen de manifiesto la urgente necesidad de incrementar el reconocimiento y la accesibilidad a las terapia”, añade.
“Debido a que el promedio de aparición de esta enfermedad ocurre en uno de los períodos más críticos para la educación, el empleo y el desarrollo social, sus consecuencias a menudo conducen a una discapacidad para toda la vida”, advierte la doctora Merikangas.
“Por lo tanto, esta falta de tratamientos de salud mental, especialmente en los países de bajos ingresos, es muy alarmante”, completa.
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