La mayoría de nosotras no lo sabemos, pero existen algunas reglas básicas que deberíamos conocer aunque no seamos cercanas al mundo numérico. Somos las reinas a la hora de consumir, y si acostumbras a hacerlo con tarjetas de crédito, una experta nos entrega algunos tips para no terminar pagando de más.
Es una de las actividades más básicas y cotidianas para la mujer, sin embargo detrás de una simple transacción se esconden varios detalles muchas veces desconocidos por el consumidor. En una situación de compra y venta, cliente y empresa buscan su propio beneficio. Es claro que la empresa gana con el cobro de intereses, por lo que le interesa que el comprador demore lo más posible en pagar su deuda. En cambio, al consumidor le conviene salir lo más rápido posible de ella, pagando al día y en la menor cantidad de cuotas. En este sentido, Karin Bravo, académica de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, nos entrega algunas recomendaciones para conocer los costos asociados al uso de tarjetas bancarias.
– Cada vez que compres al crédito, debes asumir que existe un costo asociado que corresponde a los intereses que cobrará la casa comercial o banco.
– Además de los intereses, las tarjetas de crédito cobran otros conceptos: gastos de administración y/o mantención de la cuenta, y algunos contratos también indican el pago de un seguro de desgravamen.
– Cuando compres a crédito, consulta el valor de la cuota y el total del crédito, que es lo que finalmente deberás desembolsar. Esta información, junto al CAE (Costo Anual Equivalente) deben ser entregadas por obligación.
– Analiza si el producto o servicio que estás comprando amerita un gran número de cuotas. Por ejemplo, es lógico pensar en comprar un televisor en seis cuotas, ya que es difícil para una familia común adquirirlo al contado, y además, es un bien duradero. Sin embargo, hacer las compras del supermercado en seis cuotas implica estar pagando por medio año lo que la familia consumió solamente en un mes.
– Existen promociones que ofrecen sistemas con tres cuotas precio contado, o seis cuotas sin interés. Si bien el interés efectivamente no se aplica, sí procede el cobro de los costos de mantención y otros seguros, por lo tanto atención con este punto.
– Cuando ofrecen el pago de un “monto mínimo”, el saldo impago de la cuota generará intereses.
– Es común observar las promociones y regalos al utilizar las tarjetas de crédito, pero en algunos casos el obsequio se termina pagando en el valor cuota.
– Concentra las deudas en una tarjeta o un par de ellas. Cuando utilizas varias tarjetas cada una cobrará sus propios costos de mantención, aumentando el monto total a pagar por este concepto.
– Concentrar las deudas en una sola tarjeta, permite también aprovechar los beneficios de la fidelización, generalmente reflejado en canje de puntos, que se transforman en pesos para rebajarlos en otro producto, o alternativas de canje similares.
– Aprovecha los beneficios de comprar en una cuota, ya que esta opción no cobra intereses. De esta manera podrías ganar hasta 45 días de plazo, pagando sólo los costos de mantención. Por ejemplo, si la fecha de pago es el 30 de cada mes, la empresa factura la cobranza mensual aproximadamente el día 15. Si compras el 16 de septiembre, tendrás hasta el 30 de octubre para pagar la cuota, sin intereses de por medio.
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