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Felipe Viel y su paso de guardador a padre adoptivo: “No pensé jamás en la vida quedarme con tres niños”

Decidió acoger a los pequeños por un tiempo, pero finalmente se quedó con su custodia. Hoy, el animador vive una nueva etapa de crianza, tras dos hijas adolescentes.

Por Soledad Reyes

Todo partió porque Felipe Viel estaba preparándose para ser guardador luego de conocer a la fundación Foster Kids. En Miami, lugar donde lleva radicado varios años junto a su mujer Paula Caballero y dos hijas adolescentes.

“Me pasó que cuando las niñas crecieron siempre sentía que la casa estaba vacía y que la pega de mi crianza se había acabado muy rápido, porque mis niñas ya estaban muy grandes”, comentó a Biut el conductor, agregando que fue entonces cuando decidió inscribirse como voluntario para acoger pequeños por un tiempo determinado en su clan.

“No pensé jamás en la vida quedarme con tres niños”, asegura, tras efectivamente convertirse en padre adoptivo de tres pequeños americanos, a los que primero guardó y luego le dieron su custodia legal.

¿Cómo fue todo este proceso Felipe?

Fua algo que se fue dando, de forma muy natural. Yo estaba preparándome para ser guardador de un niño que iba a estar un tiempo en mi casa. Y una de las trabajadoras sociales contó en una de estas clases lo difícil que era buscarle hogar a los hermanos. Y planteó el caso de unos niños que tenía a su cargo, y que si no les encontraba familia, los iba a tener que separar. Entonces le dije que yo los podría recibir por un tiempo. Y así, llegaron un sábado en la mañana, por primera vez.

Y desde ahí no se fueron más…

Claro. Pero nunca fue el plan original. Yo siempre le decía a mi señora que qué lata era si íbamos a devolver a los niños sin que su caso se resolviera. No era  mi idea quedarme con ellos, pero si quería que el caso se resolviera de forma correcta. Sin embargo, eso nunca pasó y la jueza me dijo un día que si quería la custodia legal o se iban en adopción con otras familias.

¿Ahí decidieron adoptarlos?

Sí, es que entonces ya no era tan difícil tomar la decisión porque lo peor ya lo habíamos aguantado, pensando siempre que se iban a ir. Imagínate que salíamos al supermercado  y los niños lloraban en la puerta, pensando que no íbamos a volver. Tenían un enorme temor al abandono.

¿Cómo lo solucionaron?

Creando un vínculo de apego completamente nuevo, dándoles afecto y confianza para que después pudiéramos salir de la casa y ellos se sintieran seguros de que íbamos a volver.

Con dos hijas grandes y ahora tres nuevos pequeños, ¿cómo ha sido tu nuevo proceso de crianza?

Uff, muy diferente. Con las niñitas fui muy aprensivo, las trataba como mis princesitas. Imagínate que una se cayó una vez de forma muy fea aprendiendo a andar en bici y yo boté la bici. Y la otra no aprendió jamás, jajá. Pero ahora, estos tres son mucho más independientes, hijos del rigor. A la más pequeña, que tiene siete, le puse la bici en el pasto, le dije anda y se cayó unas cuatro veces hasta que aprendió.

¿Qué fue lo más difícil de tu proceso como guardador?

Tuvimos un episodio bien difícil en este proceso de cinco años. Como al cuarto año y medio me tuve que despedir de los niños porque la jueza quiso darle una oportunidad a la mamá de reunificarse. Fue bien traumático, porque no sabíamos qué iba a pasar con los niños. Vivimos una montaña rusa emocional mucho tiempo y uno vivía aguantado. Tuve que asumir que mi pega de papá guardador había llegado a su fin. Sin embargo, tres meses después la misma mamá biológica de los niños me llamó diciéndome que se los iban a quitar de nuevo, pidiéndome que yo los tomara porque sólo en mí confiaba. Todo eso fue bien complicado.

De acuerdo a tu experiencia, ¿es muy distinto el tema de la adopción en Chile y EE.UU?

Sí, la adopción en Estados Unidos se asume de forma muy diferente a Chile. Allá uno aprovecha su estructura familiar para poder ofrecerles a los niños que no la tienen un poco más de recursos y herramientas, tanto emocionales como técnicas para poder enfrentar la vida. No tienes tanto temor con respecto a que el niño conozca su historia, ni tampoco miedo a tus afectos, a si lo vas a querer o no como tu hijo. Lo quieres como lo que es no más, como un niño que se incorpora a tu vida, que no tiene estructura familiar y tú se la das. No quieres reemplazar a sus papás biológicos. En cambio en Chile muchas veces se contempla como la única opción de reemplazar a un hijo biológico que no se pudo tener, por lo tanto la prioridad siempre es para padres sin hijos.

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