[Columna] Grace Lazcano por Tiane Endler: “Este equipo lleno de voluntad no sería lo mismo sin ella, ni ella sin este equipo”

"Hagamos trending topic a Tiane Endler por tener un coraje incuestionable en la cancha, sobre lo que dijo por la profesionalización del fútbol femenino. En vez de analizar sus rasgos faciales, analicemos sus condiciones felinas para intuir la dirección del balón".

GRACE LAZCANOPERIODISTA DEPORTIVA / @GRACELAZCANO

Por Grace Lazcano

Parecía broma. Estaban tan contentas entrando a camarines, nerviosas pero disfrutando cada momento. La misma que salió de el estadio con un trofeo entre sus manos, entró encabezando a sus compañeras vestidas de traje, cantando fuerte “Fue difícil” de María José Quintanilla junto al resto de sus compañeras.

Segundo partido de La Roja Femenina y esta vez frente a las tres veces campeonas del mundo. Más de 45 mil quinientos espectadores para un partido de primera línea donde ambas hinchadas se preocuparon de estar a la altura con banderas, tambores y cotillón. El himno como siempre, lo cantamos hasta el final ante el respetuoso silencio de los fanáticos rivales que repletaban el 95% del estadio.

El libreto fue el mismo que ante Suecia. Replegarse, defender, resistir. ¿Las estrellas de Estados Unidos? Alex Morgan, Tobin Heat y Megan Rapino miraban desde la banca, depositando su confianza en la experimentada Carli Lloyd (36). No defraudó. Terminó 3-0 el primer tiempo.

Pitazo final y todas las chilenas, sin excepción, recorren la cancha para reunirse en círculo con Tiane Endler y escuchar sus instrucciones. Ni idea de cuales fueron sus palabras, pero seguro una de ellas fue ponerle candado al arco. Bloqueó los embates de Lindsey Horan, Christen Press y Pugh. A todas las que se atrevieron a derrotarla.

Tiane sacó su chapa de pararrayos, ante el ferviente aplauso de todo el estadio cada vez que intervenía. “Amazing”, “Incredible”, escuchaba desde mi puesto de periodista al resto de mis colegas. Yo asentía con la cabeza, con el pecho inflado de orgullo.

Recordaba, entonces, como una opinión política -forzada, por cierto- la había puesto en el foco de las críticas. Esas también las atajó ayer. Jugadora del partido a pesar de la derrota, mientras se llevaba todos los elogios de la FIFA y Hope Solo, arquera legendaria de Estados Unidos, triple medallista de oro olímpica que le agradecía vía twitter “traer tanto honor a la posición de arquera”.

“La Tiane debe sentir lo mismo que Elías, jugar en el equipo equivocado” posteaba, mientras tanto un chileno y pensé que no podía estar más equivocado.

Este equipo lleno de voluntad no sería lo mismo sin ella, ni ella sin este equipo. Sin sus amigas que le refuerzan todo el tiempo sus cualidades y que miran en la cancha para encontrar respuestas cuando llega la desorientación. Seguro su talento no cambiaría, pero a Tiane la curtió el mismo esfuerzo que al resto.

Natalia Campos, segunda arquera de La Roja entrena junto a ella con el cariño de una linda amistad que está lejos de la competencia. Se potencian y aprenden juntas. Ella le pone los guantes antes de cada partido. Por otra parte, las más chicas de La Roja la miran con profunda admiración.

Salió de la cancha y lo primero que hizo fue ir corriendo a abrazar a su hermana, Carolina, que estaba en una de las tribunas. Tres abrazos apretados con quien sabe a la perfección todo por lo que ha tenido que pasar Tiane para llegar al nivel en el que está.

Hagamos un escándalo sobre lo que dijo respecto a la profesionalización del fútbol femenino en Chile, a que sus compañeras solo hace un par de años pueden dedicarse solo a jugar al fútbol. Hagámosla trending topic por tener un coraje incuestionable en la cancha. En vez de analizar sus rasgos faciales, analicemos sus condiciones felinas al momento de intuir la dirección del balón.

Que sea portada por hacerse enorme en ese estadio en el que debutaba al arco con La Roja, porque es casa del PSG masculino y no femenino. Y finalmente, de pasadita, cambiémosle el nombre al estadio. Antes ahí jugaban solo príncipes, hoy también lo hacen las princesas, esas que se ensucian y te la clavan -y atajan- en el ángulo.

“Me gustó más mi partido contra Suecia”. La figura del partido no quedó conforme. Esa es nuestra capitana.

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