Con el Estado de Emergencia y las noches con toque de queda, no es de extrañar que muchas tengan una sensación de angustia y las preocupaciones no abandonen sus pensamientos.
Y es que según explicó Luis Pino, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de las Américas a Página 7, la situación que estamos viviendo en nuestro país puede generar altos niveles de tensión y estrés e incluso podría afectar negativamente nuestra salud mental.
Sobre las noches en toque de queda, el especialista advierte que “afecta a las personas de diversas maneras, dependiendo de aspectos individuales y relacionales. Lo que ocurre en un toque de queda es que es una situación nueva, no familiar para un gran número de la población chilena”.
El psicólogo dice que los efectos de esta situación “están asociados a sintomatología ansiosa, como lo es dificultades para conciliar el sueño, pensamientos de índole fatalistas, irritabilidad, dificultad en la concentración, dificultades interpersonales, ansiedad aguda, crisis de pánico, etc“, aclarando que también dependerá de lo traumático que haya sido un experiencia similar anterior, si es que la hubo.
Para quienes viven el toque de queda por primera vez, Pino señala que “podemos encontrar algunas dificultades adaptativas, porque la persona va a tener que adaptarse a esta condición nueva, en la cual la sensación de libertad, de pasear por ciertos lugares, va a ser coartada o restringida. Esto implicará una sensación de inseguridad, que no hay control del ambiente inmediato, ni de ti mismo, también va a ir generando una serie de otras sintomatologías de índole cognitiva, sensación de indefensión y de desesperanza, también sintomatología ansiógena, etc”.
Efectos del toque de queda en niños y adultos
La pérdida de libertad momentánea a causa de este control, “va a significar un gran gasto energético, a nivel cognitivo y fisiológico, por lo tanto estrés, que va a conllevar a un agotamiento, una disminución de las respuestas cognitivas”, advierte el especialista en el mismo medio.
Y asegura que cada persona reaccionará de acuerdo a las capacidades de adaptarse de cada individuo, además del grado de control que la persona tenga sobre su ambiente. “Van a surgir algunos elementos de índole ansiógena, deseos de libertad, aburrimiento, irritabilidad, impulsividad, y pensamientos fatalistas, asociados a la situación que produce el encierro”, comentó Pino.
El académico también entregó algunos consejos para saber llevar de la mejor forma el estar bajo toque de queda, entre ellos, que conversar el tema de manera neutral, es una de las mejores formas de lidiar con esto. “Lo central es el apoyo social, es decir, apoyo familiar, contención, ser creativo e innovador con el otro”.
En cuanto a qué podemos hacer con los niños en estas situaciones, “realizar actividades distintas y anexas, que impliquen mejorar el vínculo, y a partir de ahí se va fortaleciendo, por ejemplo, el diálogo, la escucha, la conversación, la contención y de paso se va explicando, desarrollando herramientas para poder enfrentar esta situación, usándola como experiencia de aprendizaje”, concluyó Pino.
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