Dicen que la receta para una vida saludable es comer todo tipo de alimentos en cantidades moderadas, pero hay quienes optan por seguir estrictas dietas en base a ciertos grupos alimenticios ¿Qué tan efectivas resultan ser? te lo contamos en el siguiente artículo.
Muchas son las dietas de moda, aquellas que prometen bajar de peso sin pasar hambre y de forma rápida. El caso más reconocido es el de la polémica Dukan, en base a proteínas, que ya muchos famosos han optado por seguir. Los argumentos que especialistas del mundo de la salud han manifestado públicamente, la catalogan como perjudicial para el organismo, sin embargo, no todo es tan malo al realizar dietas basadas en grupos específicos de alimentos. También existen algunas que toman a los ácidos grasos como su motor principal, y en Biut decidimos indagar para conocer el efecto real de cada uno de estos régimenes.
Para el nutricionista y académico de la UNAB Erwin Núñez, el procedimiento Dukan consiste en seguir una dieta estricta en base a fases de consumo. “Probablemente sea sólo una dieta de moda, con un gigantesco marketing de productos alimenticios con la marca del autor que prometen bajar de peso y a cambio el paciente debe seguir una dieta poco variada”, afirma.
“Actualmente, en Francia se disputa una batalla judicial por los serios problemas de salud que acarrearía el seguimiento de esta dieta”, advierte Núñez.
La razón detrás de la elección de la proteína como alimento principal de la dieta está dado porque en primer lugar ayuda a generar un mayor efecto de saciedad en las personas. Para la nutricionista de la Universidad de Chile, Sofía Sutherland, la proteína además “ayuda a conservar la masa magra, evitando que se pierda mucho músculo al bajar de peso, porque la idea de esta dieta es bajar solo grasa”. Sin embargo ambos especialistas concuerdan en que funciona para bajar de peso, pero nutricionalmente no es recomendable ya que carece de fibras, vitaminas y minerales.
Además de ser una dieta difícil de seguir, para quienes deseeen iniciarla, no cuenta con respaldo científico y lo más probable es que si vuelve a sus antiguos hábitos luego de realizarla, recupere su peso original.
A cuidarse como los esquimales
Por otro lado, una dieta rica en pescados, aportaría una gran cantidad de ácidos grasos Omega3 previniendo enfermedades cardiovasculares.
Está demostrado que las personas que incluyen en su dieta el consumo de pescado tres veces a la semana presentan efectos hipocolesterolémicos, es decir, baja su colesterol y también efectos hipotrigliceridémico: baja los triglicéridos plasmáticos, factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
[Según la OMS se debería consumir en tomo a 1,5 y 2 gramos al día de omega 3 totales, incluyendo los de origen terrestre y marino. En el caso de las embarazadas, la ingesta recomendada es de 300 miligramos diarios de ácido docosahexaenoico (DHA) un omega 3 marino esencial para la formación y función del tejido nervioso. La recomendación es consumir poco menos del 10% de estas a diario y evitar las frituras y las salsas a base de grasas de origen animal]
OTROS OMEGA: 6 y 9
+ Los ácidos grasos Omega 6, cuyo principal componente es el ácido linoleico, intervienen en funciones vitales del organismo, participan en la formación de las membranas celulares y hormonas, así como en el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, de las neuronas y transmisiones químicas. Estas funciones se cumplen en perfecto equilibrio con los ácidos grasos omega 3.
+ Son también importantes en la formación y función del sistema nervioso y visual de los humanos, al igual que los omega 3, por ejemplo se sabe que participan en la formación de la retina.
+ La porción indicada sería de una cucharada entre 4 y 6 porciones diarias, incluyendo las que sirven como aderezo y para preparar las comidas.
+ A diferencia de los otros omegas que son esenciales para nuestro organismo, el omega 9 no es un ácido graso esencial ya que nuestro organismo puede sintetizarlo.
+ Los omega 9 son un tipo de grasas insaturadas del tipo monoinsaturadas presentes en aceite de oliva, canola, frutos secos como almendras, nueces, maní, aceitunas. Ayudan a mejorar el colesterol bueno (HDL) y disminuir el malo. La recomendación es aumentar su ingesta hasta el 20% a diario.
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