Es el ingrediente esencial de muchas recetas y también el complemento de varias comidas diarias. Además, es uno de los productos más completos presentes en la pirámide alimenticia y para conmemorar su día (cada 1 de junio) te invitamos a conocer más sobre sus beneficios.
Este líquido blanco es uno de los alimentos más completos, ya que posee un gran número de nutrientes. Entre ellos proteínas, lípidos, hidratos de carbono, minerales y vitaminas
Entre las vitaminas que la leche aporta se destacan la B2, A y D, Entre sus minerales encontramos el potasio, fósforo, magnesio, y uno de los más conocidos, el calcio, que contiene 120 gramos cada 100 ml. La vitamina A y D se pierde cuando las leches son descremadas, ya que se encuentran en la perte grasa de la leche por eso la mayoría de las leches descremadas las traen adicionadas.
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir 600 centímetros cúbicos, o sea, unos tres vasos por día. Esto equivale al consumo de dos vasos de leche y un yogur. Para mujeres y embarazadas 1000 cc, en cualquier forma, también puede ser quesillo.
El mito en torno a su consumo
Según explica Valerie Engler, Bioquímica y Magister en Nutrición de ILSI Sur -Andino, los adultos deben tomar tanta leche como los niños ya que es una fuente rica en calcio y fundamental para nuestra salud ósea y dental. “El calcio se absorbe mejor hasta los 20 años, y es indispensable para formar la estructura ósea, una vez que ésta se forma, hay que seguir tomando leche en las mismas cantidades para mantenerla” aclara. Los huesos se están renovando constantemente (se deshacen y se vuelven a formar) por eso es fundamental tener una buena ingesta de calcio.
La carencia de calcio en el organismo favorece la aparición de la osteoporosis una enfermedad crónica que produce el debilitamiento de la masa ósea con lo que aumenta la posibilidad de fracturas. Asimismo el déficit de calcio afecta la salud dental.
La especialista de IlSI, señala que lo recomendable es preferir la leche descremada ya que es más saludable, y porque tiene un menor porcentaje de grasa (1%).
Una buena alternativa son la leche extra-calcio que viene adicionada con una mayor proporción de calcio, ideal para quienes no gustan mucho de la leche, ya que con menos cantidad de centímetros cúbicos tienen el mismo aporte en calcio.
Otras opciones de leche son las cultivadas, que tienen bacterias propias del cuerpo humano y las biobalance que poseen fibras adicionadas; estas dos últimas mejoran la digestión de quienes las consumen.
Finalmente Valerie Engler señala que no hay que olvidar los productos lácteos que también nos aportan calcio y la vitamina D (esenciales también en la formación de los huesos). “Los lácteos son un buen snack, ya que sus proteínas tienen gran poder de saciedad”, enfatiza.
Su aporte, uno a uno
Proteínas: la leche de vaca contiene de 3% a 3,5% de proteínas, distribuida en caseínas, proteínas solubles y sustancias nitrogenadas no protéicas. Son capaces de cubrir las necesidades de aminoácidos del hombre y presentan alta digestibilidad y valor biológico. Además del papel nutricional, se ha descrito su papel potencial como factor y modulador del crecimiento.
Agua: dispone un 88% de agua.
Lípidos: figuran entre los constituyentes más importantes de la leche por sus aspectos nutritivos y por las características físicas y organolépticas que se deben a ellos.
Azúcares: la lactosa es el único azúcar que se encuentra en la leche en cantidad importante (4,5 %) y actúa principalmente como fuente de energía. Se ha observado un efecto estimulante de la lactosa en la absorción de calcio y otros elementos minerales de la leche. Este azúcar puede venir “predigerido” para las personas que persentan intolerancia a la lactosa.
Sustancias minerales: la leche de vaca contiene alrededor de 1% de sales. Destacan el calcio y el fósforo. El calcio es un macronutriente ya que interfiere en muchas funciones vitales por su alta biodisponibilidad.
Vitaminas: es fuente importante de vitaminas para niños y adultos. La ingesta recomendada de vitaminas del grupo B (B1, B2 y B12) y un porcentaje im-portante de las A, C y ácido pantoténico se cubre con el consumo de un litro de leche.
Derivados de importante consumo
QUESO: Son los lácteos más deliciosos, pero es un alimento con muchas calorías. Contiene grasas saturadas, porque es un derivado de origen animal, así que si quieres cuidar tu dieta debes consumir los de bajas calorías.
La porción recomendada de queso al día es de 30 gramos. Los niños y adolescentes pueden consumir hasta una porción de 40 gramos de queso al díaAporta vitaminas A, D, B12 y B2, que protegen de las infecciones, cuidan la piel, mejoran la cicatrización y favorecen el buen funcionamiento del sistema nervioso y cardiovascular. Es rico en calcio y fósforo, que ayudan a la formación y crecimiento de los huesos. Contiene proteínas de buena calidad, al igual que las carnes rojas, que ayudan a formar, reparar y mantener los tejidos del cuerpo.
YOGUR: Una de sus propiedades más destacables es su capacidad de ayudarnos a regenerar nuestra flora intestinal. Esta última es muy importante para un buen tránsito intestinal corrigiendo así muchos casos de estreñimiento y diarreas. El sistema inmunológico también está interrelacionado con este equilibrio de la flora intestinal.
El yogur hace la leche más digestiva y así encontraremos personas que no pudiendo tolerar la leche de vaca, en cambio pueden tomarse un yogur tranquilamente.
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