Científicos descubrieron que el comer con luz tenue y música de fondo, ayudaría a las personas a comer más lento, llenarse más rápido y sentirse más relajados.
Asistir a un restaurante sería la combinación perfecta para comer y no subir de peso. Según confirmó un estudio de la Universidad de Cornell, EEUU, este ambiente se prestaría para que las personas se sintieran más relajadas con la música e iluminación baja, comiendo más lento evitando así los arrebatos excesivos de comida.
El estudio concluyó que en los restaurantes, las personas en promedio comen 175 calorías menos que en una cena habitual, pues lo hacen más lento y con esto el organismo se siente saciado de forma más rápida. Eso no está nada mal para una salida mensual, pero ¿que hacer para aplicar esta beneficiosa teoría a nuestro día a día?
El consejo es adaptar un ambiente confortable, no con mucha luz, música de fondo y porsupuesto una buena conversación que permita hacer pausas más largas entre uno y otro bocado. Así, estarás ayudando a que tu organismo se adapte a comer más lento y cada vez en menores cantidades.
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