Durante enero y febrero los labios están expuestos a agresivas situaciones climáticas que atentan contra la salud. Factores como el calor, sol, sequedad, viento y polución pueden ocasionar estragos sobre ellos y una experta nos explica cómo mantenerlos hidratados y siempre protegidos.
Aunque no lo creas, los meses de verano son los que causan más efectos negativos sobre nuestro rostro, en especial sobre la zona labial. Pasamos más tiempo al aire libre y de esa manera aumentamos el efecto de ciertos factores que atentan contra la salud y belleza de nuestra boca. Así, elementos como el calor, el sol, la sequedad, el viento y la polución ambiental, pueden deteriorar la salud nuestros labios, provocando resequedad, agrietamiento y hasta la pérdida del colágeno.
La experta en Nutrición Externa de Herbalife, Jacquie Carter, nos asegura que con un buen cuidado, podemos transformar los labios partidos en suaves e hidratados en muy poco tiempo. Básicamente, se trata de un proceso de dos pasos: hidratarlos y sellarlos. Esta rutina de belleza podría ser tan simple como aplicar un humectante y luego un bálsamo labial con Vitamina E o Aloe Vera y contenga protección solar 15 o mayor.
Sin embargo, la especialista señala que el mayor peligro en esta época es la pérdida del colágeno y, por tanto, de la contextura de nuestra boca. La sobreexposición solar puede llevar a un envejecimiento prematuro – ya que la luz solar y el calor son contraproducentes al proceso natural de la piel mediante el cual se deposita colágeno en los labios – y de esta manera perder la flexibilidad y carnosidad.
Además de los tratamientos cosméticos, Jacquie Carter agrega algunos consejos para mantener la salud de los labios:
– Protegerlos siempre de los rayos dañinos del sol, aplicando un producto para labios con protección solar.
– Tomar agua durante todo el día, ya que los labios agrietados pueden indicar que su cuerpo está deshidratado y necesita agua.
– Evitar pasar la lengua por los labios. La piel de nuestros labios es una membrana mucosa y por eso mantenerlos suaves y flexibles es todo un reto. Los labios no contienen glándulas secretoras de aceites que ayuden a retener la humedad. Por esto, remover sus capas de grasa puede provocar más agrietamiento.
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