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Várices: no aparecen sólo en la vejez

Por Pía Fouilloux

Sentir cansancio o pesadez en las piernas durante la tarde, picazón o cambios en la coloración de su piel, son algunos de los síntomas dan cuenta de la presencia de las várices.

Las várices son venas que se dilatan y/o elevan en la superficie de la piel, que con frecuencia, se presentan en la cara interna de las piernas o en la parte posterior de la pantorrilla. “Es una enfermedad progresiva en el tiempo que se produce por un trastorno de la pared de las venas, donde las válvulas de éstas no funcionan adecuadamente por lo que la sangre, que debe viajar hacia el corazón, se devuelve (reflujo venoso), lo que produce una ectasia venosa (dilatación de la vena)”, explica el doctor Claudio Vallejos, cirujano vascular periférico de Clínica Vespucio.

Se trata de un problema que afecta a una de cada diez personas, mayoritariamente a mujeres, cuyo origen es multifactorial y está dado por causas genéticas, hormonales, ambientales y de hábitos de vida. ¿Por qué se producen? El aumento de presión dentro de la vena por causa del reflujo sanguíneo hace que ésta se dilate y deforme, lo que origina la aparición de várices. “Las válvulas pueden fallar por múltiples causas: congénitas, inflamatorias, infecciosas y traumáticas”, argumenta el Dr. Vallejos.

Síntomas:
-Cansancio o pesadez de piernas predominantemente durante la tarde.
-Edema de pies y tobillos, también de predominio vespertino.
-Malestar de piernas con el aumento de la temperatura ambiental.
-Prurito (picazón).
-Hiperpigmentación (cambios en la coloración de la piel, piel oscura).
-Venas dilatadas y tortuosas.

Según explica el especialista, es necesario hacer una evaluación completa que implica una entrevista donde se evalúan los antecedentes del paciente y familiares, además de un examen físico en posición de pie para apreciar de mejor manera la gravedad real de esta enfermedad. “Completamos el estudio con un mapeo venoso a través de una ecotomografía doppler, examen que entrega una imagen clara de las venas y su permeabilidad”.

En todos los casos el tratamiento es más que una cirugía. Implica educación en cuanto a los factores de riesgo y medidas protectoras. Los fármacos tienen un espacio muy acotado para aliviar los síntomas, pero no eliminan las varices.

Diferentes tratamientos

La aplicación de cirugía convencional, láser o radiofrecuencia, se reserva para los casos que tengan indicación. Tanto el láser como la radiofrecuencia son técnicas mínimamente invasivas, con menos dolor postoperatorio y ausencia de grandes cicatrices. “Si bien la tendencia es ofrecer  cirugías mínimamente invasivas, como especialistas debemos estar preparados para entregar cualquiera de ellas según sea el caso. La cirugía mínimamente invasiva, también se aplica para retirar los paquetes varicosos que causan el problema en las piernas”, detalla el doctor Vallejos.

Hay un grupo de várices conocidos como arañitas vasculares o flebectasias, “que no necesariamente requieren de cirugía, siendo un problema cosmético importante para las pacientes, a las que además de las medidas generales les ofrecemos, si es que tienen indicación, alternativas para tratarlas como la escleroterapia”, dice.

Consejos prácticos:
-No utilizar ropa demasiado apretada.
-No usar zapatos con taco alto
-Evitar estar de pie o sentado sin moverse
-Durante el embarazo, utilizar medias o calcetines de compresión elástica.
-Caminar todos los días a modo de ejercicio.
-Mantener el peso adecuado a tu cuerpo, ya que la obesidad es uno de sus factores de riesgo.

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