Desde hace ya varios años, las mujeres nos sometemos a una serie de tratamientos de belleza, que prometen dejarnos con un cutis y cuerpo soñados
Ya en su tiempo, Cleopatra hacía mezclar en una bañera la leche de una burra joven con miel y aceite de almendra, para conservar la juventud de su piel. Incluso, según el sitio web Beauty and tips, la “reina del Nilo” solía viajar con dos burras, en caso que se quisiera dar un rejuvenecedor baño.
En Babilonia, además, se usaba la piedra pómez para eliminar los vellos en lugares no deseados, pero según el sitio web Weekly World News, uno de los secretos de belleza más mortales de la historia tuvo lugar a comienzos del siglo XIX en Inglaterra, donde las mujeres consumían pequeñas dosis de arsénico para dar brillo a su piel.
El mismo sitio web asegura que en Venecia, las mujeres se echaban orina de león en el cabello para tener reflejos rubios.
En Anorak, en tanto, publicaron algunas imágenes de mujeres sometiéndose a extraños tratamientos, que incluyen máscaras de hielo, así como verdaderas máquinas de tortura creadas para conseguir la deseada hermosura.
En la actualidad, en tanto, las mujeres nos seguimos sometiendo a algunos tratamientos extraños y dolorosos. Ya hemos hablado, por ejemplo, de Kim Kardashian, quien se inyectó su propia sangre en el rostro, para lucir más joven.
En China, envuelven a las mujeres en toallas bañadas en alcohol, a las que después prenden fuego. Todo por verse más joven, e incluso adelgazar los muslos.
Pero existen tratamientos que ya hemos interiorizado como comunes o normales, que si lo pensamos pueden ser bastante particulares. Por ejemplo, la inyección de sustancias en nuestra piel para rellenar o para estirar.
También hay otros tratamientos que involucran cirugías, y que pueden ser muy invasivos para nuestros cuerpos, pero que son cada vez más comunes.
¿A qué tratamientos estarías dispuesta a someterte por conseguir una belleza juvenil? ¿Qué vendrá después?
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