Hoy me topé con una columna llamada “Cómo transmitir el odio al cuerpo”, escrita por la columnista Kasey Edwards. En ella, explicaba que tanto en su caso como en el de muchas mujeres, la mala imagen corporal se transmitía de madre a hija.
¿Cómo puede ser esto? La autora explica que, en su caso, cuando era niña su madre le dijo que se sentía “vieja, gorda y horrible”. Para una niña de pocos años, que considera que su madre es la modelo más top del mundo, puede ser una revelación bastante fuerte. Porque si mi mamá, a quien siempre he encontrado hermosa, dice que es fea ¿entonces cómo soy yo?
A partir de esta experiencia, la autora dice que se le revelaron tres cosas. La primera, “debes estar gorda, porque las madres no mienten”; la segunda, “ser gorda es ser fea y horrible”; y por último “cuando crezca seré como tú, así que seré gorda, fea y horrible también”.
La imagen corporal en el mundo de hoy
En la actualidad, vemos como marcas como Dove, lanzan campañas para mejorar la imagen corporal de las mujeres, o cómo algunos diseñadores exigen un peso mínimo a las modelos que desfilan para ellos.
Pero para la experta en salud y en “comedores emocionales”, Isabel Foxen Duke, esto está lejos de ser suficiente, sino que además es un enfoque equivocado.
Para ella, todo depende del significado que le damos a la palabra “gorda”. “¿Dices que significa que nunca encontrarás a una pareja adecuada?; ¿que nunca serás merecedora del respeto de tus pares?; ¿que nunca tendrás éxito profesional?; ¿que nadie te tomará en serio?”.
La autora explica que es el momento de tirar por la ventana “un paradigma del cuerpo que no nos sirve”. “Las mujeres tienen que creer que la forma de su cuerpo no dicta el éxito en sus relaciones, ni en su lugar de trabajo, ni en la sociedad”, agrega.
Un buen ejemplo, sería el de Lena Dunham en la serie Girls, donde se muestra como una mujer que no sigue los estándares en cuanto al “cómo debería verse una mujer”, y ¡no importa!
Es importante tratar de estar saludables, siguiendo ciertos hábitos alimenticios y haciendo ejercicio en forma regular. Pero también es importante asumir nuestros cuerpos como son, y que dejen de ser tema, o más bien, que dejen de dictar quiénes somos.
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