El balón gástrico es un dispositivo de material siliconado que se insufla dentro del estómago. Al ocupar volumen en su interior, estimula los receptores de la saciedad y reduce la capacidad gástrica, y de aquella manera controla los alimentos ingeridos.
Conversamos con Mario Ojeda, gastroenterólogo de Clínica Bicentenario, quien nos explicó de sus beneficios y quienes no se pueden someter a esta alternativa para combatir contra la obesidad.
Según el experto “el balón debe mantenerse por un periodo de seis a ocho meses. Debe mantenerse con una dieta liviana, control médico y nutricional y efectuar exámenes y evaluaciones previas”.
El objetivo de este tratamiento es permitir un cambio de hábitos y conductas respecto de la alimentación y por consiguiente, reducir peso.
¿Quiénes se pueden someter al balón gástrico?
El especialista indica que “pueden someterse a este tratamiento pacientes con sobrepeso, que no hayan logrado bajar con dietas o fármacos”
También, pueden ser uso del balón gástrico aquellos que sufren de obesidad como etapa previa a una cirugía definitiva, para así disminuir el riesgo quirúrgico.
Además, el médico explica que “todo debe ser bajo supervisión médica de un equipo multidisciplinario, conformado por un gastroenterólogo, nutriólogo, cirujano, nutricionista y psicólogo”.
Sin embargo, quienes no pueden someterse a este tratamiento son las embarazadas y quienes sufren de una hernia hiatal mayor a cinco centímetros. Además, los que se han hecho una cirugía gástrica previa, los enfermos de cirrosis hepática y de Crohn.
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Los contras de este tratamiento
El tratamiento del balón gástrico puede llegar a tener efectos colaterales, como náuseas, vómitos, distensión abdominal en los primeros cinco días. Sin embargo, estos se pueden manejar con terapias orales.
El gastroenterólogo añade que “las complicaciones están bajo un 1%, y estas pueden ser migración, deflación, ruptura, gastritis o úlceras”.
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