La ritifobia es el temor exagerado a la aparición de las arrugas, como señal de peligro en nuestra vida social, y también profesional. Sin embargo, cuando este pánico se vuelve fobia es necesario resolver el problema con ayuda psicológica para aceptar nuestra edad y disfrutar de la vida sin angustias y miedos.
Conversamos Verónica Fuchslocher, psicóloga de Pleasant Work Chile, quien nos explicó cómo se detecta la ritifobia y de qué manera debemos asumir nuestra edad.
La psicóloga nos explicó que “lo que se ve preocupante es cuando este propósito se convierte en una obsesión, unido al pavor de mostrar señales típicas de la edad”.
Este pánico se detecta cuando la persona comienza a designar una parte importante de ingresos a productos o tratamientos de belleza, que prevenga o atenúe las arrugas.
Además, estas mujeres comienzan a preocuparse excesivamente de su apariencia personal y les pide al resto la opinión de cuán joven se ven.
Esta obsesión no va ligada a una edad determinada, pero si a la personalidad de cada uno y al contexto social en que nos desenvolvemos. Sin embargo, la experta añade que “hoy se está observando que cada día, más jóvenes adolescentes sufren de este pánico”.
¿Por qué las mujeres le temen a la vejez?
La psicóloga señala que “este miedo surge principalmente por la presión social ejercida, donde se compite por una imagen exterior muy concreta. El prototipo de mujer que se impone en la sociedad del siglo XXI es delgada, con aspecto jovial, cuestión que representa una inversión costosa en cremas, mascarillas, tratamientos estéticos, en vez de dar mayor importancia a la inteligencia de cada una”.
Por ello, envejecer para muchas mujeres puede significar enfrentarse al miedo de no sentirse querido, y refleja inseguridades.
La especialista agrega que “es relevante de que disfrutemos con madurez cada etapa de nuestra vida, ya que mientras no cambiemos esta forma de pensar, seguirán apareciendo fobias cada vez más difíciles de tratar”.
Fórmulas para asumir nuestra edad
1. Envejecer no es un proceso de cierre: La psicóloga explica que “debemos dejar la mala connotación de las arrugas, y asumirlas como un enriquecimiento de la vida, y no un proceso de cierre”.
Por lo tanto, debemos ser capaces de ver lo positivo de cada etapa de nuestra vida, sin aferrarnos a lo externo.
2. Trabaja la espiritualidad: Sufrir por un cuerpo envejecido está relacionado con cuánto te valores y con tu autoestima. Por ende, una de las tareas de ir envejeciendo como ser humano, es trascender al cuerpo y trabajar la espiritualidad con el propósito de ir desapegándonos de los cánones de belleza establecidos.
3. Piensa positivo: La psicóloga señala que “debemos aceptar que todas las personas irán envejeciendo poco a poco, es una ley de la vida. Por ello, debemos asumirla con una actitud positiva”.
Por último, la experta añade que esto no es una invitación a la resignación ni al descuido de la piel, sino a no obsesionarse con nuestras apariencias, ya que aquello no determina el valor de lo que somos.
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