Según Medline Plus, el metabolismo es el conjunto de procesos químicos y físicos de nuestro cuerpo, que convierten o usan energía. Hablamos de respiración, digestión, funcionamiento del cerebro y más.
Como ya habrás leído antes, el correcto funcionamiento de nuestro metabolismo nos ayuda a mantener una vida sana y un peso saludable. Pero existen algunos hábitos que, sin que nos demos cuenta, podrían estar arruinando nuestro metabolismo.
El sitio web de Women’s Health enumeró algunas formas en las que podríamos estar complicando los procesos de metabolismo:
1. No estás bebiendo abundante agua
De hecho, no estás bebiendo abundante agua fría. Resulta que gran parte de las calorías que quemamos tomando agua son gracias a que nuestro cuerpo intenta regular la temperatura de lo que tomamos. Por lo que si quieres ayudar a tu metabolismo, será mejor que saques tu botella del refrigerados en vez de tomar agüita con limón.
2. No consumes la cantidad suficiente de vitamina D
La vitamina D nos ayuda a bajar de peso más rápido, pero muchas veces la dejamos fuera de nuestra dieta. Consume vitamina D comiendo salmón, tomando leche o leche de soya, atún en aceite, yogur y cereales.
3. Solo te concentras en el cardio
Ojo que correr, andar en bicicleta, usar la escaladora y la elíptica le hace muy bien a tu cuerpo, pero si solo te concentras en el cardio no estarás formando el músculo necesario para acelerar tu metabolismo ¡No le temas a unas pesas livianas!
4. Comes en la noche
Estar 12 horas sin comer (durante la noche) puede ser muy beneficioso para tu cuerpo, en términos de metabolismo. Es por esto que tu metabolismo se verá dañado si te levantas a las 3 de la mañana y vas al refrigerador.
5. No consumes cafeína
Convengamos que la cafeína en exceso puede ser mala para nuestro organismo. Pero eso no quita que, cuando la consumimos en medidas regulares, ayuda a acelerar nuestro metabolismo.
6. No duermes lo suficiente
Dormir es fundamental a la hora de acelerar el metabolismo, pues regula la hormona que controla el apetito.
7. Estás muy estresada
El estrés libera la hormona cortisol, la cual, una vez activada, lleva nuestro cuerpo a una situación en la que guarda la grasa que consumimos, en vez de quemarla.
8. Consumes demasiados pesticidas
A veces no se trata de qué comemos, sino que de dónde viene nuestra comida. Busca ferias orgánicas y aléjate de todo lo que se vea extremadamente químico o procesado.
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