La respiración tiene un poder importante en nuestro interior, tanto así que, cuando estamos pasando por un episodio de estrés o de angustia, lo primero que se recomienda es respirar profundo y entrar en calma. Sin embargo, descubrimos que no sólo influye de esta manera, ya que también tiene gran importancia para nuestra belleza exterior.
Rebeca J. Cirujano, Life Coach, explica que la respiración es lo que nos mantiene conectadas con el mundo y con nosotras mismas. “Modular nuestra respiración para cada situación tendrá una consecuencia concreta en nuestras emociones, salud y estado, repercutiendo ostensiblemente en nuestra belleza exterior”, comentó al sitio de moda Marie Claire.
La experta entrega además algunos tipos de respiraciones que puedes practicar día a día, de los que seleccionamos tres infalibles para que irradies tu belleza. ¡Toma nota!
Imagen: Gentileza Pixbay
Tres maneras de respirar
Respiración clavicular
“Es la forma más superficial de respiración y la que menos aporta a nuestro organismo. Está asociada al estrés y se realiza en la parte superior del cuerpo, justo debajo de la garganta”, dice Rebeca, explicando que, al poner una mano en la zona de las clavículas, vamos a sentir como ésta se mueve cuando entra aire.
La respiración clavicular es cuando respiramos inconscientemente, “cuando tenemos ansiedad o vamos deprisa, cuando estamos nerviosos o asustados y, las embarazadas, cuando ya están muy avanzadas”, expresa la profesional.
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Según la experta, lo que produce este tipo de respiración es piel apagada y reseca, ojos sin brillo, cabello frágil y con tendencia a caerse, mal aliento debido a la sequedad de las mucosas y, en general, se ve a la persona con una vitalidad deficiente y un estado de animo bajo.
Respiración torácica
“Se realiza expandiendo el tórax con los músculos intercostales y, junto con la anterior, es un tipo de respiración incompleta”.
Rebeca explica que para realizarla debes acostarte boca arriba, concentrándote en las costillas y tienes que apoyar las manos en la parte superior del pecho. En la inspiración, se dilata el tórax y el pecho se levanta, expandiéndose toda la caja torácica como un globo y, al expirar, las costillas se juntan de nuevo y el pecho baja.
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“Es un ejercicio, como levantar pesas y, cuanto más lo haces, más capacidad vas adquiriendo. Repítelo 20 veces al día. Al entrar más oxígeno, aumentarás tu capacidad pulmonar. El oxígeno enriquece la sangre, que es la que alimenta nuestras células, y es como tomarse cada día un potentísimo complemento vitamínico”, señala la especialista.
Respiración abdominal
“Es la más profunda de las tres, ya que consiste en transportar aire a la parte más baja y más amplia de los pulmones. La respiración es lenta y profunda e interviene el diafragma, por eso también se llama respiración diafragmática. Si se hace correctamente, se efectúa una purificación total del organismo, elimina la tensión y calma la ansiedad”.
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Lo que se recomienda es hacerlo acostada boca arriba. La Life Coach dice que cuando se inspira, se llena de aire la parte baja de los pulmones, desplazando el diafragma hacia abajo y provocando que el vientre salga hacia fuera. “Se nota porque el abdomen se hincha. El suave descenso del diafragma ocasiona un masaje de toda la masa abdominal”.
Finalmente, la especialista dice que si logramos combinar los tres tipos de respiraciones podremos llenarnos de energía, vitalidad y tener una piel radiante.
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