Algunas sustancias contenidas en productos de higiene personal y cosmética pueden acelerar la pubertad en niñas cuyas madres estuvieron expuestas a ellas durante el embarazo, según expertos que analizaron datos de una población hispana del área rural de California.
El estudio elaborado por la Universidad de California Berkeley hizo seguimiento a 338 niños a través del Centro para Evaluación de Salud de Madres y Niños de Salinas (Chamacos).
Según señaló Kim Harley, profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública de Berkeley y una de las investigadoras participantes en este estudio, el informe fue realizado “en niños hispanos de un estatus socioeconómico bajo que viven en una comunidad agrícola” y, por lo tanto, sus resultados no pueden ser generalizados.
Sin embargo son impactantes en relación a la presencia anticipada de la pubertad en más de la mitad de las 179 niñas de edades entre nueve y 13 años evaluadas durante la investigación.
“La mitad de las niñas estudiadas comenzó a tener vello púbico desde los 9,2 años y tuvieron su primera menstruación cuando tenían 10,3 años de edad”, se informó en el reporte.
En los niños no se encontró una variación significativa, anotó la investigadora.
Harley aclaro que “todavía no hay una evidencia directa comprobada de que algunos fenoles, como los ftalatos y los parabenos, que se encuentran en los productos para el cuidado personal afecten directamente la salud humana”.
Sin embargo, los investigadores encontraron que cada vez que las concentraciones de dietil ftalato y triclosán (dos sustancias utilizadas en este tipo de productos) se duplicaban en la orina de las madres, el tiempo de desarrollo de las etapas principales en las niñas se reducía en aproximadamente un mes.
De igual forma, las niñas que presentaban concentraciones más altas de parabenos en su orina a la edad de nueve años, también tuvieron signos de pubertad a edades más tempranas.
El estudio no pudo determinar si el hecho de una pubertad temprana en las niñas fue una consecuencia directa de estas sustancias en la madre o una consecuencia indirecta de la misma etapa pre juvenil.
Según señaló Harley, la presencia de estas sustancias en las niñas puede ser una consecuencia del uso por las madres durante el embarazo o de las mismas púberes, que utilizaron estos productos a edades más tempranas.
Las conclusiones del estudio publicado esta semana en la revista científica Human Reproduction forman parte de una investigación más amplia que comenzó hace cerca de dos décadas, explicó a Efe Brenda Eskenazi, investigadora del proyecto Chamacos.
“Comenzando en 1999 reclutamos mujeres embarazadas que vivían en el Valle de Salinas en California, una de las regiones agrícolas más productivas de la nación”, informó la investigadora.
“Hemos hecho seguimiento de estas familias durante 19 años midiendo su exposición a pesticidas y otros químicos y evaluando el crecimiento, la salud y el desarrollo de los niños cada uno o dos años”, agregó.
Chamacos se estableció inicialmente para analizar el impacto de los pesticidas en las madres embarazadas y sus hijos, pero ha servido de base para ampliar la investigación a otras sustancias, dijo Eskenazi, quien también es coautora del presente estudio.
“Aunque se necesita más investigación, las personas tienen que estar advertidas de que hay químicos en los productos de uso personal que pueden alterar el proceso hormonal en nuestros organismos”, concluyó Harley.
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