Dice que como papá es intenso y que sus hijos son muy negociadores. Martín Cárcamo chochea con Alfonsina, Luciano y Mariano, el más pequeño, y afirma que tiene “una relación fantástica con los tres”.
“He ido creciendo con mis niños, y los últimos años me he ido internalizando mucho más en sus vidas, sobre todo desde que estoy separado”, comenta, agregando que “incluso cambié mis horarios para poder verlos sobre todo en las tardes. Me he ido adecuando y ellos también han estado súper dispuestos a hacer tanto actividades de ellos como las mías”.
El rubio natural cuenta que “esto ha sido muy interesante. Mis papás siempre estuvieron muy involucrados conmigo y tengo eso muy internalizado. Entonces, si mis hijos necesitan algo, a menos que tenga que trabajar y sea algo mayor a mí, yo siempre estoy”.
De hecho, asegura que “lo más importante que me ha pasado en la vida es ser padre y mis hijos son prioridad absoluta. He aprendido mucho con ellos”.
En cuanto a la crianza, Martín dice que “los papás de mi generación somos mucho más abiertos y humildes, receptivos a las cosas que los niños nos van indicando. Es que son niños súper distintos a lo que fuimos nosotros, entonces son más cuestionadores. Yo he tenido grandes conversaciones con ellos que no sé si las hubiera tenido con mi papá en su tiempo”.
¿Qué destacas de tu progenitor y que enseñanza ahora aplicas con tus hijos?
Lo primero que aplico tiene que ver con ser un gran contenedor de los sueños de mis niños, que ellos sientan que siempre alguien los va a apoyar, no importa las circunstancias. Y lo otro ir delineando los límites, que sepan que existen, que tienen derechos pero también responsabilidades.
Tú también decidiste adoptar a Mariano, ¿hay alguna diferencia con esa paternidad?
Para nada. Es muy bonito, natural. No es tema para nosotros, sino una forma más de amar, de integrar. Al momento de los quiubos es puro amor no más.
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