Bomberos, guardacostas y enfermeras posan con modelos, en medio de la devastación que dejó el desastre natural, lo que ha llevado a una controversia: ¿Hasta dónde puede llegar la moda?
Bajo el título Storm Troupers, la icónica fotógrafa Annie Leibovitz capturó con su cámara a supermodelos posando junto a empleados públicos y privados que trabajan en pos de apoyar a los afectados por el huracán Sandy, que el año pasado arrasó con la costa este de Estados Unidos.
“Cuando el huracán Sandy golpeó, los mejores y más valientes de la ciudad golpearon de vuelta”, explica Vogue, “con el área ahora en reconstrucción, visitamos a estas almas, vestidas con lo mejor de las colecciones de Nueva York”.
Pero esta explicación no ha sido suficiente, según explican en el sitio web de Huffington Post, para cientos de personas que aseguran que es absolutamente innecesario, y hasta ridículo, tener a modelos posando con carísimos diseños de Oscar de la Renta, al lado de trabajadores que se esfuerzan a diario para mejorar las condiciones de los neoyorquinos.
¿Cuáles son los límites? Si la moda, o más bien, fashion, es una forma de expresión artística como cualquier otra, ¿por qué no se podría utilizar para retratar una situación como la que viven estas personas? Por otro lado ¿se puede tomar como una falta de respeto hacia las víctimas del huracán?
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