Era una de las más esperadas y su desfile fue reconocido como una de sus obras más completas de los últimos años. El romanticismo, la elegancia y la fantasía se tomaron la pasarela del Lincoln Center de Nueva York.
Con invitados vip, entre los que estaba Anna Wintour, editora de Vogue de Estados Unidos y la fashionista Olivia Palermo, comenzó el desfile de Carolina Herrera, que primero mostró propuestas en tonos colores pálidos como el rosa y el beige, y que siguió con tonalidades más oscuras y vestuarios de noche, donde el rojo, el azul y el verde fueron los protagonistas.
En la pasarela también estuvieron presentes las prendas bicolores. Los cuellos altos fueron una tendencia marcada en esta colección.
Las pieles y los detalles en la prendas, como ribetes y cuellos también acapararon la atención durante el desfile de Carolina Herrera.
Los estampados en base a figuras geométricas y flores sin duda fueron un punto fuerte en esta colección, que mostró vestidos largos y otros hasta la rodilla.
De esta muestra se desprende que Carolina Herrera aún busca darle elegancia, pero de una forma más práctica a la mujer de hoy. Y como la mentora de esta casa de moda es bastante clásica, no descuida los detalles originales de sus composiciones.
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