Louis Vuitton cerró este martes la semana de la moda de París tras presentar en pasarela su colección primavera-verano 2020, con la que recuperó la herencia de la marca, en clave “dandy”.
En un espacio de madera instalado en una de las plazas del Museo del Louvre, Vuitton desveló su particular “regreso a los orígenes” que rindió tributo a la “Belle Epoque” combinando arte y sastrería en una adaptación “dandy”. Una idea de la moda ligada a la cultura, según su diseñador Nicolas Ghesquiére, que inspira para mezclar diferentes estilos sin preocuparse de parecer “demasiado masculina”.
Colores violetas, blancos y verdes con algún golpe de amarillo, azul y naranja en una línea de faldas largas y asimétricas, que caen hacia atrás como una cascada, americanas rectas y sombreros abombados. Las mangas abullonadas, los vestidos de seda estampados y los vestidos de muñeca recordaron al estilo del París de los años 70, recuperado hoy por los aficionados de la moda gracias a las tiendas de ropa de segunda mano.
No faltó la falda de patinadora, una de las siluetas preferidas del diseñador de la firma, Nicolas Ghesquiére, ni sus recurrentes botines de medio tacón.
El desfile estuvo enmarcado por un vídeo de la artista transexual Sophie Xeon, que alcanzó el éxito con sus colaboraciones con Madonna o Lady Gaga, y que puso la música a la pasarela con su canción “It’s okay to cry” creada especialmente para Vuitton. La marca hizo además saber a sus invitados que la madera sobre la que se sentaban era de bosques sostenibles y que sería donada posteriormente para un proyecto artístico a la asociación ArtStock.
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