Ha llegado el momento: estás pensando dar el siguiente paso con tu pareja e irse a vivir juntos. Sin embargo, para muchos esta situación puede terminar matando su pasión. Y nos serán pocos los amigos que les aconsejarán que mejor sigan viviendo cada uno por su lado.
No obstante, la convivencia no tiene porque transformarse en algo terrible. Eso sí, hay que tener en cuenta que no es llegar e irse a vivir con alguien, ya que cada persona tiene sus mañas y manías, por lo que hay que estar bien dispuesto a ceder si lo que se quiere es seguir adelante.
Mariela Tesler, columnista de sexo y pareja en el sitio Entremujeres del diario El Clarín, entrega varios tips para que la llama de la pasión no se apague tras un tiempo de vivir juntos, los cuales recopilamos a continuación.
Consejos para seguir apasionados
Tener siempre un buen trato
Para la experta trasandina, “no sólo es importante qué decimos, sino cómo lo decimos”. Por eso, si notas que con los días vas dejando de lado los “mi amor”, “por favor” o “gracias” para dar paso a un trato donde sólo mandas al otro, estás en problemas.
“No hace falta ser melosos, cual novios de secundaria, pero el buen trato debe seguir existiendo para una convivencia feliz. ¡Respeto ante todo!”, dice Mariela.
No dejarse estar
Hombres y mujeres se quejan de que, tras algunos años de convivencia, las parejas se dejan estar. Por eso, deja de creer que porque viven juntos ya tienes el amor asegurado y no descuides ni tu apariencia ni tu vida.
“Esas actitudes provocan desgaste y la baja de la libido”, afirma la experta, así que no te olvides nunca de quien eres y por qué se enamoraron de ti.
Equilibrio y paciencia
Si una parte es neurótica de la limpieza y la otra parte un poco más desordenada, como sucede en el común de las parejas, no tendrán una convivencia muy fácil. Por eso, equilibrarse y tener paciencia son parte de la ardua tarea de llevar su vida juntos en paz.
“Flexibilizar es la clave, poner lo mejor y no aprovecharse ni de las manías ni del relajo ajeno”, comenta Tesler, agregando que “hay que negociar el estilo y no sobrecargar de todo a uno”.
Respetar las diferencias
Cuando se enamoraron de seguro que lo que más les llamó la atención eran sus diferencias. Pero con el tiempo y la convivencia, lo más probable es que las cosas que antes los complementaban ahora los distancien.
“Hay que verle el lado positivo: las habilidades, costumbres y modos de ver el mundo que son distintas pueden sumar y enriquecer”, indica la especialista de El Clarín, así que no te desanimes y vuelve a ver esas cosas que los hacen diferentes como algo bueno en su relación.
Compartir la casa con sus cercanos
“No caigas en lo que hace mucha gente: cerrar su casa a amigos y parientes porque ahora comparten el espacio”, aconseja Mariela.
Lo mejor que pueden hacer es mantener su casa abierta, ya que “cuando se juntan personas de distintos ámbitos y mundos en cenas, almuerzos y meriendas, la mezcla siempre produce alegría y distensión. Y donde hay distensión hay espontaneidad y fuego”, asegura la columnista.
Darse espacio
La convivencia obviamente los hará pasar más tiempo juntos. Sin embargo, eso no significa que tengan que pasar todo su tiempo con el otro. “La salida de los viernes a la noche ya no es el momento tan ansiado para charlar sobre lo acontecido en los últimos días”, dice Mariela.
Por esto, la experta de El Clarín propone que flexibilicen los fines de semana. “Dar más lugar a salidas individuales, cercanas a los intereses personales, o con grupos propios”, recomienda.
Seguir sorprendiéndose
“Un pequeño presente un día cualquiera de la semana le pone onda a la rutina”, señala Tesler. Así que no te duermas en los laureles y proponte sorprender a tu pareja con alguna cosa que los saque de la clásica rutina de llegar del trabajo, comer, ver tele y acostarse.
La gracia es que la creatividad fluya, para que así no se aburran de pasar el día a día juntos.
Nunca olvidar las caricias
Lo más probable es que pasen de esos largos besos en la puerta cuando se despedían de una cita a un besito rápido cada mañana cuando se levantan y corren a sus jornadas laborales. “El beso apasionado se transforma en un beso cálido. El cálido en un piquito y el piquito en un beso en el aire o la nada mismo. Un hola y chau”, indica la experta en temas de pareja.
No obstante, “el contacto físico sigue siendo importante y es un estímulo que nos endorfina todo el cuerpo. Genera vínculo, confianza, aumenta nuestra estima y nos conecta con el otro”, agrega Mariela, aconsejando que, para no perder ni una pizca de pasión “despertar los sentidos antes de que se duerman es fundamental”.
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