Tenía una cintura tan de avispa que, cuando subastaron sus vestidos, la casa Christie’s debió mandar a hacer maniquíes a medida.
Es que la figura de Audrey Hepburn siempre fue estilizada y fina, por lo que las mujeres de todos los tiempos siempre han querido saber cuáles eran sus secretos alimenticios.
Por eso, hace dos años ya se filtró uno de sus primeros tips de dieta, gracias a un libro donde su hijo menor, Luca Dotti, señaló que su progenitora era adicta a los espaguetis.
“Mi madre tenía una seria adicción a la pasta, no podía pasar sin ella”, confesó en el texto Audrey at Home, consignado en el sitio Glamour.es.
Sin embargo, ahora la Revista People revela nuevos detalles del “régimen Audrey”, indicando las razones del por qué la estrella jamás se privó de los carbos y mantuvo su cuerpo perfecto: la delgadez de Hepburn era consecuencia de lo mal que lo pasó durante la II Guerra Mundial.
“La actriz, nacida en Bélgica en 1929, vivió en primera persona las carencias de la contienda que asoló el centro de Europa. Y, sí, pasó hambre”, comentan en la web de Glamour citando el reportaje, agregando que “al final de la guerra estaba muy enferma, sobrevivía a base de ortigas y bulbos de tulipán y bebía agua para llenar su estómago. Pesaba poco más de 40 kilos”.
Estos nuevos secretos sacados a la luz dejan entrever que “quizá las penurias pasadas durante aquellos años podrían ser la causa de la delgadez que la acompañó el resto de su vida. Y le permitió no hacer dieta jamás. Sí, de bastantes cosas se había privado durante la contienda”, dicen en People.
Pese a esto, igual tenía rutinas de vida sana dignas de imitar: caminaba mucho, comía variado y se permitía caprichos como el chocolate. “Pero no era una persona de excesos”, concluyen en la misma revista.
¡No a la carbofobia! Revisa por qué tienes que incluir carbohidratos en tu dieta – Biut.cl
Hace algún tiempo hay un fenómeno que ha empezado a tomar fuerza en las redes sociales. Bajo el hashtag #carbofobia muchos manifiestan su terror a consumir carbohidratos, sindicándolos con los culpables de cualquier kilo extra.
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