Los alimentos “libres de”, se han vuelto muy populares debido a las alergias y enfermedades de intolerancia a ciertos compuestos de los alimentos.
Sin embargo, muchos creen erróneamente que reemplazar los alimentos por estas alternativas en su dieta sería saludable. Sin embargo esto no es así. En el caso de la lactosa, por ejemplo, no incluirla en nuestra dieta podría ser perjudicial para los organismos que la toleran sin problema.
Según explica el biólogo, Santiago Campillo, en el sitio Vitonica la lactosa es una “sustancia que participa en la regulación de la producción de lactasa, la enzima encargada del metabolismo de la lactosa (…) Es azúcar propio de la leche ligada a una serie de proteínas de alto valor biológico”.
El especialista asegura que, si no existe intolerancia a la lactosa, no es necesario eliminarla de nuestra dieta y aclara que esta enfermedad no es una alergia, sino “una serie de fenómenos que nos afectan a nivel digestivo, causando malestar, hinchazón, diarrea, gases, entre otros, por la acción de los microorganismos que viven en nuestro intestino”.
El especialista informa que la intolerancia a la lactosa se produce porque “de adultos perdemos la capacidad de producir lactasa, la responsable de romper la lactosa, que es el azúcar principal de la leche. Al llegar al intestino, la microbiota fermenta la lactosa, produciendo gases y otras sustancias que son las causantes de los síntomas”.
Por otro lado, indica que “la intolerancia a la lactosa no produce daños en el tejido digestivo”, ni en ningún otro órgano. Además, señala que hay algunas personas que tienen intolerancia severa por la deficiencia de lactasa, mientras que otros jamás presentan esas reacciones. “Las personas con deficiencia de lactasa, normalmente, son capaces de consumir al menos 12 gr de lactosa por comida, sin que se produzcan grandes problemas”, aclara.
Eliminar la lactosa puede producir su intolerancia
Campilla informa que tomar lactosa induce a producir la enzima en el cuerpo para que podemos seguir digiriéndola adecuadamente, incluso, en las personas con deficiencia e intolerancia a la lactosa, ya que en muchas de ellas se puede inducir una mejoría. Contrario a esto, advierte que, en niños, restringir la cantidad de lactosa, puede provocar que deje de producirse la enzima, produciendo la intolerancia que queremos evitar.
Imagen: Gentileza Freepik.es
En cuanto a los productos sin lactosa, no hay estudios que demuestren su efectividad. Por el contrario, Santiago revela que “este tipo de productos pueden llegar a estar asociados a un ultraprocesamiento negativo. Para poder eliminar la lactosa han de pasar por un tratamiento con lactasa, además de otros, para evitar que el producto se estropee y pierda propiedades organolépticas”, lo que los convierte en productos muy procesados.
Por último, para ayudar con la intolerancia, el experto aconseja cápsulas de lactasa, o tomar la lactosa junto con las comidas, lo que ayudaría a su digestión, ya que los casos más severos de intolerancia pueden derivar en una malabsorción de lactosa.
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