Son miles las dietas y propuestas nutricionales que existen para bajar de peso. Sin embargo, no todas son realmente efectivas y algunas, incluso, tienen consecuencias negativas en nuestro organismo.
Es por esto que la dieta flexible ha conseguido tanta popularidad. Según explica Gabriela Gottau, experta en nutrición en Vitonica, este plan alimenticio consiste básicamente en no dejar fuera ningún alimento e “incluir alimentos placenteros”.
Como todo régimen alimentario saludable, lo más importante es incluir alimentos nutritivos y generar un déficit calórico para poder perder peso.
Pero la novedad, estaría en que sí se permite incluir alimentos con azúcar añadida como, por ejemplo, los dulces. Siempre y cuando, sea en las porciones indicadas y no excedas su consumo.
En este contexto, el sitio antes mencionado entrega recomendaciones para llevar a cabo este plan de alimentación
Siete consejos para que la dieta flexible funcione
Evita comer con mucha hambre
Si pasas muchas horas sin comer, el cuerpo presentará niveles de hambre elevados, lo que genera que las hormonas, como la grelina, “nos empuja a escoger alimentos placenteros, que eliminen el estrés y aporten muchas calorías fáciles de asimilar”, explicó Gottau. Por esto, lo recomendable es fraccionar la dieta, y evitar largas horas de ayuno.
Planifica tus comidas
Si no planificas tus comidas, vas a tener a comprar alimentos rápidos y probablemente más procesados. Por esto, los expertos aconsejan ordenar tus comidas a diario o, por lo menos, unas horas antes de ingerir el próximo alimento y, de esta manera, disminuir el consumo de alimentos que no son tan saludables.
Hambre no es lo mismo que apetito
Si sentimos hambre, significa que nuestro cuerpo necesita energía, por lo que cualquier comida nos va a satisfacer, mientras que el apetito surge solo por placer, ya que no tenemos la necesidad fisiológica de ingerir alimento y queremos comer algo específico. Por esto, lo aconsejable es reducir y/o limitar el consumo de alimentos por apetito para comer cuando realmente el cuerpo lo pida.
No te prives de los dulces
Si sientes apetito, y llevas un par de días sin saciar ese antojo, lo mejor es que comas lo que tanto anhelas. Identifica qué es lo que deseas ingerir y compra una porción limitada y disfrútalo. Eso sí, es recomendable comer lento y poner atención a lo que estamos comiendo. De esta manera lograrás satisfacer esa “tentación”.
Crear un ambiente seguro
Todos nos conocemos y sabemos qué tanta es nuestra fuerza de voluntad. Por lo mismo, si nos cuesta decirle que no a las comidas más procesadas y menos saludables, es mejor no tenerlas “a mano”, excepto que puedas controlar tu ansiedad y las consumas solo de vez en cuando. Debemos crear un ambiente donde no pongamos en “riesgo todo el tiempo nuestra dieta ni tampoco aquel que nos exige en demasía control ‘para no tentarnos’”, asegura Vitonica.
No dejes de moverte
Hacer ejercicios puede ayudarnos a controlar la cantidad que comemos y restringir o retrasar las ganas de comer alimentos placenteros. Además, “fomenta el balance calórico negativo necesario para adelgazar”, reafirmó el sitio.
Controla las porciones
Controlar las porciones es primordial, porque todo en exceso es malo, aún las comidas más saludables. Y para esto, los expertos entregan algunos consejos.
– Llevar la comida ya servida a la mesa.
– Usar platos pequeños.
– No comer del envase.
– Siempre sentarse a la mesa a comer y sin distracciones, para tener conciencia de la cantidad que estamos ingiriendo.
– Masticar mucho y despacio cada bocado, para favorecer el desarrollo del proceso de saciedad y no ingerir más allá de lo necesario.
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