Los efectos que produce la ingesta de alcohol en la piel no son pocos. Aumento de peso, deshidratación, dolor de cabeza, complicaciones digestivas, son solo algunos de las consecuencias que genera esta bebida en el organismo.
Sin embargo, pocos saben que uno de los órganos que se ve más afectados con el consumo de estas bebidas es la piel.
Según explica Sandra Navarrete, Máster en Dermocosmética y directora de Bodynew, después de una noche de copas, “la piel se ve más verdosa o amarilla, aparecen las ojeras y bolsas en los ojos o granos protuberantes, ya que, al ingerir bebidas alcohólicas, los niveles de oxígeno de la sangre se reducen y, por lo tanto, se merma la producción de colágeno en el interior de tu piel, lo que se evidencia la perdida de luminosidad, elasticidad y firmeza”.
A continuación la especialista, revela las consecuencias dañinas que el consumo de bebidas alcohólicas puede provocar en la piel y que quizás desconocías.
Efectos del alcohol en la piel
1- El alcohol obliga a nuestro hígado a trabajar el doble para estar en capacidad de liberar toxinas. Cuando ese proceso no se da naturalmente, la acumulación de grasa puede producir acné o empeorarlo considerablemente. Los granos que aparecen en la cara después de haber consumido una buena dosis de alcohol son un buen ejemplo de ello.
2- El consumo de bebidas alcohólicas reduce los niveles de vitamina A en el cuerpo, provocando problemas de sequedad y descamaciones, ocasionando envejecimiento prematuro de la piel.
3- Al reducir los niveles de vitamina A que almacenamos en nuestro cutis, la flexibilidad de la piel se pierde de forma más rápida, las arrugas y líneas finas aparecen antes y aumenta la aparición de piel muerta.
Imagen: Gentileza Freepik.es
4- Uno de los grandes efectos del alcohol sobre la piel es que agota las reservas de Vitamina C, esencial en todos los procesos de reparación y cicatrización, pero además necesaria para la producción de colágeno. Este nutriente, muy presente en las frutas, contribuye a la absorción del hierro y al fortalecimiento del sistema inmunológico.
5- Los vasos capilares del rostro son elásticos, se abren y se cierran. Si se expanden demasiado, a menudo, pierden elasticidad y no se vuelven a cerrar, aumentando la aparición de capilares rotos, especialmente en nariz y mejillas, agravando trastornos como la rosácea y la psoriasis.
6- Otro de los daños que percibimos es la inflamación, ya que el alcohol es vasodilatador. Al ser bebidas con una gran cantidad de azúcar, el organismo reacciona de manera que los vasos sanguíneos se dilatan permanentemente, lo cual produce las arañitas en la cara y las piernas afectando, a su vez, las varices.
Imagen: Gentileza Humano Comunicaciones
7- Provoca la retención de líquidos, lo que hace aparecer bolsas y ojeras en los ojos y aumenta la celulitis en las piernas.
8- A largo plazo quebranta la piel, desvaneciendo su color, resquebrajando su textura y produciendo un daño irreversible. Por esta razón, hay que hidratar nuestra piel con productos que favorezcan la producción de colágeno, limpiarla diariamente, en el día y la noche, eliminando los restos de maquillaje o contaminantes del ambiente, para que tenga una mejor oxigenación, evitando el envejecimiento prematuro.
Las bebidas alcohólicas que tienen una mayor graduación son las más dañinas, como el vodka o el whisky. Pero el vino, si se toma en exceso, produce el mismo efecto. Hay que tener en cuenta que el 90% del cuerpo humano está compuesto de agua, así que es muy importante que nuestros tejidos permanezcan hidratados de forma adecuada todo el tiempo, de lo contrario, perdemos energía y la piel luce reseca en las horas posteriores al consumo de alcohol.
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