La amigdalitis o inflamación de las amígdalas, es más común de lo que se cree. Ataca principalmente a niños y jóvenes, aunque muchos adultos no se escapan de sus molestos efectos.
Conocido es el hecho de que cuando la mayoría de las personas sufre molestia de garganta no le dan mayor importancia y tratan de aliviar las molestias por sí mismos a través de pastillas de menta, dulces de miel, o algún tipo de antiinflamatorio sin obtener buenos resultados. Pero ese dolor, que muchas veces no tomamos demasiado en cuenta, puede ser el primer aviso de una infección amigdalina, la cual corre el riesgo de complicarse con afecciones que pueden poner en peligro la salud de las personas.
Para conocer más esta enfermedad, la coordinadora de otorrinolaringología de Clínica Vespucio, Dra. Isabel Carranza, detalla los principales síntomas de esta dolencia y entrega algunos consejos para prevenirla.
PRIMEROS SIGNOS
El dolor de garganta o ardor de garganta, que se hace más intenso al tragar es el primer síntoma; la inflamación de las amígdalas (aumento de tamaño), las cuales presentan un color rojizo, recubriéndose posteriormente de una capa de secreciones amarillas, blancas o grises; fiebre; inflamación de los ganglios linfáticos (cuello); pérdida de apetito. Otros síntomas que pueden presentarse son decaimiento, dolor de cabeza, dolor de oídos y a veces, se pueden producir náuseas y/o vómitos, más frecuentemente en niños pequeños, señala la especialista. “Debe diferenciarse de los síntomas de un resfrío común que aparte del dolor de garganta, se acompaña de estornudos, mucosidad (rinorrea), congestión nasal e incluso ocular (ojos irritados) y tos”, explica.
CONSEJOS PRACTICOS
Alimentarse bien, consumir frutas y verduras con vitamina C.
En lo posible, no tener contacto con personas que estén enfermas.
No fumar o permanecer en lugares donde otras personas lo hacen.
Mantener ventilados los espacios en donde se realizan las actividades diarias. “Lo más importante es prevenir el contagio lo cual es común en ambientes cerrados y sobretodo hacinados tales como; jardines infantiles, colegios e incluso oficinas. También se debe evitar los cambios bruscos de temperatura (favorecidos por el uso de aire acondicionado) que son frecuentes en esta época del año. En época de frío abrigarse, sobre todo protegiendo la nariz y la boca evitando el enfriamiento”, detalla.
RECOMENDACIONES SI YA ESTA ENFERMA
Tomar líquidos naturales (sin hielo)
Hacer gárgaras con agua tibia con sal
Beber abundante líquido
Comer alimentos blandos, como jaleas, sopas, flanes y compotas de fruta
Evitar los alimentos duros, crujientes o picantes
TRATAMIENTO
Es posible considerar la administración de antibióticos por al menos 7 días. La otorrinolaringóloga de Clínica Vespucio asegura que, “en la mayoría de los casos, los pacientes responden muy bien al tratamiento con antibióticos por 7 días asociados a antiinflamatorios y/o analgésicos (calmantes) al comienzo, ya que los síntomas disminuyen o desaparecen entre las 48 y 72 hrs. luego de haberlos suministrado. Los pacientes vuelven a realizar sus labores diarias a la semana, sin complicaciones”.
Ante la persistencia de los síntomas antes descritos a pesar de cumplir el tratamiento indicado, la especialista aclara que no es recomendable la automedicación. Se debe consultar nuevamente a un facultativo que alerte ante la presencia de las complicaciones que el cuadro puede acarrear. “Lamentablemente hay casos de pacientes con otras enfermedades asociadas, con más bajas defensas, abuso de antibióticos previos o la presencia de un germen muy agresivo, en los cuales puede ser necesaria la hospitalización”, concluye.
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