Pero si acumulamos toda la evidencia científica disponible hasta ahora, todo parece indicar que el riesgo es muy poco probable.
El estudio más reciente, llevado a cabo por el Instituto de Investigación de Cáncer (ICR) del Reino Unido, encontró que si estos aparatos realmente presentaran un riesgo para la salud, su uso casi universal en el mundo ya habría provocado un aumento en el número de tumores cerebrales.
La investigación, publicada en Environmental Health Perspectives (Perspectivas de Salud Ambiental), también identifica lo que dice son “fallas” en varios estudios que han analizado el vínculo.
Uso casi universal
En los últimos 15 años, el uso de los teléfonos móviles ha pasado de ser una actividad poco común a una con más de 4.600 millones de suscriptores en el mundo.
Y desde el inicio de la telefonía celular ha habido preocupación entre los expertos y el público por la posibilidad de que estos aparatos causen cáncer, en particular tumores cerebrales.
Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo en un informe que los móviles eran “posiblemente carcinógenos”.
La organización colocó a los celulares en la misma categoría de otras sustancias carcinógenas, como el café, con las cuales no puede descartarse el riesgo de que causen cáncer pero tampoco puede comprobarse ese riesgo.
“Ahora serán necesarias más investigaciones para saber si puede haber efectos perjudiciales a más largo plazo, pero las noticias, hasta ahora, son buenas”, Prof. David Coggon.
La conclusión estuvo basada en uno de los estudios más amplios que se han hecho sobre la relación entre cáncer y teléfonos móviles, el llamado estudio Interphone, que comparó los datos 2.708 pacientes con tumores cerebrales, principalmente glioma, con un número similar de usuarios sin tumores.
La investigación concluyó que los usuarios de móviles tenían pocas probabilidades de desarrollar cáncer, pero quienes usaban el aparato durante muchas horas tenían un riesgo mayor.
Ahora, el nuevo análisis llevado a cabo por la Comisión Internacional de Protección de Radiación No Ionizante (ICNIRP) del ICR, afirma que pudo haber una interpretación sesgada de las respuestas que los pacientes con tumores cerebrales dieron en los cuestionarios sobre su uso de teléfono móvil.
Por ejemplo, explica el profesor Anthony Swerdlow, del ICR, diez pacientes en el estudio dijeron que usaban el móvil durante más de 12 horas cada día.
Agrega que aunque en un período de 20 años se ha incrementado el uso de celulares drásticamente, en muchos países occidentales “no hay evidencia de un incremento similar en la incidencia de tumores cerebrales”.
“Aunque sigue habiendo cierta incertidumbre, la tendencia de la evidencia acumulada muestra cada vez más una oposición a la hipótesis de que el uso de teléfonos móviles puede causar tumores cerebrales en adultos” afirma el profesor Swerdlow.
El científico y su equipo evaluaron cuidadosamente los datos del estudio Interphone, que llevó a cabo la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer de la OMS en 13 países.
El profesor Swerdlow describe a la investigación como “extraordinariamente amplia y exhaustiva” pero con “varios errores metodológicos”.
Por ejemplo, el científico no encontró “evidencia convincente” de un vínculo entre el teléfono móvil y la ubicación de los tumores en relación a su uso.
Buenas noticias
Las estadísticas nacionales de varios países, dicen los investigadores, no muestran que haya habido un incremento en los tumores cerebrales ni 20 años después de que los aparatos comenzaron a usarse, ni 10 años después de que se comenzaron a usar ampliamente.
Y los estudios, tanto con animales como humanos, tampoco han encontrado algún mecanismo biológico que vincule a los campos de radiofrecuencia de los celulares con el riesgo de cáncer.
“Los resultados del estudio Interphone, de otros estudios epidemiológicos, biológicos y con modelos animales y sobre la incidencia de tumores cerebrales sugieren que en el período de 10 a 15 años después de que comenzaron a usarse los móviles no ha habido probabilidades de un incremento material en el riesgo de tumores cerebrales en adultos” afirma el profesor Swerdlow.
El científico agrega que “no puede descartarse la posibilidad de un efecto pequeño o a largo plazo”.
Pero subraya que “si los estudios futuros que investiguen la exposición a largo plazo producen resultados similares, entonces el vínculo será cada vez menos plausible”.
Tal como señala el profesor David Coggon, experto en salud ambiental y ocupacional de la Universidad de Southampton, Inglaterra, “ésta es una revisión cuidadosa y considerada, y las conclusiones están justificadas”.
“Los teléfonos móviles no parecen causar cáncer cerebral después de 10 o 15 años de que la gente comenzó a usarlos”.
“Ahora serán necesarias más investigaciones para saber si puede haber efectos perjudiciales a más largo plazo, pero las noticias, hasta ahora, son buenas”, afirma el experto.
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