Además, los edulcorantes que se usan como sustitutos de azúcar podrían incrementar el riesgo de diabetes, señalan los científicos del Centro de Ciencia de la Salud de la Universidad de Texas, en San Antonio.
Los investigadores encontraron que el consumo de estas bebidas está asociado con un incremento en la circunferencia de la cintura de quienes las toman.
El estudio fue presentado durante las Sesiones Científicas de la Asociación Estadounidense de Diabetes, que se celebra en San Diego.
“Estos datos junto con los de otros estudios prospectivos sugieren que la promoción de bebidas dietéticas y de edulcorantes artificiales como alternativas sanas podría ser desacertado” afirma la profesora Helen Hazuda, una de las autoras.
“Quizás estos productos no tienen calorías, pero sí tienen consecuencias”, agrega.
Consecuencias
Para investigar los efectos a largo plazo del consumo de bebidas dietéticas, los científicos analizaron datos de 474 individuos que participaron en el Estudio Longitudinal de Envejecimiento de San Antonio (SALSA), un estudio poblacional sobre el proceso de desarrollo de discapacidades entre los habitantes mexicano estadounidenses y europeo estadounidenses.
Los científicos llevaron a cabo un registro, hace diez años, de los datos de altura, peso, circunferencia de cintura y consumo de bebidas dietéticas de los participantes.
Y posteriormente, 9,5 años después, compararon los datos entre los participantes que no consumían bebidas dietéticas y los que sí las tomaban.
“Estos datos, junto con los de otros estudios prospectivos, sugieren que la promoción de bebidas dietéticas y de edulcorantes artificiales como alternativas sanas podría ser desacertado”, Prof. Helen Hazuda.
En los resultados se tomaron en cuenta factores como nivel de actividad física, lugar de residencia, edad, tabaquismo, sexo, nivel de educación y origen étnico.
Se encontró que al final de una década el grupo que consumía bebidas dietéticas mostraba en promedio un aumento de 70% en la circunferencia de la cintura que quienes no tomaban esos productos.
Además, los que las bebían con frecuencia, dos o más cada día, mostraron un incremento en la cintura de hasta 500% más que los que no las consumían.
Los científicos subrayan que no investigaron la dieta general de los participantes pero creen que los resultados demuestran que el consumo de estas bebidas podría ser una conducta “contraproducente”.
Probablemente, dicen, los que toman grandes cantidades de estas bebidas piensan que así cuidan su dieta y quizás consumen alimentos menos sanos que quienes tienden a evitar estos productos.
“Estos resultados sugieren que entre las estrategias nacionales para reducir el consumo de bebidas azucaradas, las políticas también deberían subrayar que el consumo de bebidas dietéticas podría tener efectos perjudiciales no intencionados” dicen los autores.
Por otra parte, un proyecto relacionado sobre el impacto de los edulcorantes artificiales que se usan en las bebidas dietéticas encontró en un estudio con ratones que el aspartame, un sustituto de azúcar que se usa en estos y otros productos, incrementó los niveles de glucosa en la sangre de los animales.
Según el doctor Gabriel Fernándes, quien dirigió el estudio, “esto sugiere que la exposición al aspartame podría estar potencialmente contribuyendo directamente al incremento en los niveles de glucosa y por lo tanto contribuyendo a la asociación observada entre el consumo de bebidas dietéticas y el riesgo de diabetes en humanos”.
Cifras publicadas por la empresa Beverage Marketing Corp. muestran que las bebidas gaseosas, tanto dietéticas como estándar, son la bebida favorita de los estadounidenses, seguidas por el agua, la cerveza, la leche y el café.
En promedio, cada consumidor estadounidense toma en un año 170 litros de bebidas gaseosas, dice el informe.
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