Las tendencias en dietas van y vienen y todas tratan de seguirlas. Por su naturaleza, las tendencias no están hechas para durar mucho tiempo, ya que la mayoría de las personas que hacen dietas buscan resultados hiper-rápidos. Algunos se guían por un plan bajo en carbohidratos, mientras que otros le dan crédito al régimen vegetariano o a una contabilidad estricta de grasas. Con tantas maneras de bajar de peso, sólo llegamos a una pregunta, ¿es una dieta mejor que la otra?
A fin de cuentas el perder peso tiene sólo una clave, reducir el consumo de calorías, es decir, comer menos calorías de las que se necesita cada día y así se perderá peso. Cualquier método que reduzca la ingesta de calorías la llevará a la pérdida de peso.
Varios estudios han enfrentado los diferentes métodos de pérdida de peso y en un intento de determinar si un enfoque es más útil que el otro, ha habido un claro ganador. Si las dietas son bajas en carbohidratos, en grasas y modifican la conducta vegetariana, los resultados son bastante consistentes.
En un estudio participaron más de 800 personas que fueran colocadas en cuatro distintas dietas, todas diseñadas para crear una escasez de 750 calorías al día. La composición de las dietas varió mucho, por ejemplo entre cada una de ellas la grasa osciló entre un mínimo de 20% y un máximo de 40% de la calorías y la gama de cantidades de proteínas y carbohidratos se puso a prueba. Sin embargo, en todos los ámbitos, independiente de la dieta que siguieron, la pérdida de peso promedio fue de 4,5 kilos en un período de dos años, con lo que se concluyó que reduciendo las calorías la pérdida de peso es significativa, independiente de los macronutrientes que se destacan.
Entonces, si es así, ¿por qué no nos centramos solamente en las calorías?, si amamos la comida chatarra, ¿por qué no bajar de peso comiendo de ella, sólo que menos? La respuesta es sencilla. El objetivo no es sólo la pérdida de peso, sino que la pérdida de peso saludable. Mientras los diferentes enfoques dietéticos pueden conducir al mismo resultado, una nutrición adecuada es la clave:
1. Destacar las proteínas en vez de las grasas. Pescado, pollo, productos lácteos bajos en grasa y proteínas vegetales, tales como la soya, ayudan a mantener el hambre bajo control.
2. Las frutas y vegetales contienen fibra, vitaminas y minerales junto con los fitonutrientes, que son muy importantes.
3. Incluir pequeñas cantidades de granos enteros, siempre y cuando las calorías lo permitan.
4. Comer comidas pequeñas regulares y meriendas para mantener los niveles de energía.
5. Practicar el control de las porciones para saber lo que se está poniendo en el plato.
6. No descuidar el ejercicio. Se queman calorías y aumenta la masa muscular.
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