Se nos dice que si comemos menos perderemos peso, y que cuanto menos comamos más delgados estaremos.
Esto, sin embargo, casi nunca se logra y, si se logra, lo más probable es volver a subir de peso al poco tiempo.
Ahora una nueva investigación dice haber descubierto la razón de por qué no perdemos el peso deseado y por qué volvemos a engordar cuando ya lo hemos perdido.
Según la investigación publicada en The Lancet, el problema es que tenemos expectativas equivocadas de lo que una dieta puede lograr.
Y esto no es nuestra culpa, dicen, sino de la asesoría incorrecta que recibimos.
La mayoría de la gente comienza una dieta con la noción que de comenzará a ver resultados rápidamente.
Se nos dice que por cada 500 calorías que reducimos de nuestro consumo diario, o que quemamos ejercitándonos, podemos perder 0,5 kilos de peso cada semana.
Esa al menos es la asesoría que dan los nutricionistas tanto en Estados Unidos como el Reino Unido. Y dicen que si seguimos este régimen durante al menos 12 meses habremos perdido unos 26 kilos.
Pero ahora, el doctor Kevin Hall y su equipo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos afirman que este cálculo está equivocado. Éste, dice el científico, es un consejo sumamente exagerado.
Según el investigador toma mucho más tiempo perder esa cantidad de peso: unos tres años.
Por ejemplo, explica, un año de dieta resultará en sólo la mitad de la cantidad de peso corporal que actualmente se calcula.
Esto explica por qué mucha gente se da por vencida a los pocos meses de hacer dieta al ver que no está obteniendo los resultados deseados.
Creencias incorrectas
Estudios pasados sobre programas para perder peso muestran que la mayoría de los que hacen dieta pierden su peso máximo a los seis meses y poco después comienzan a aumentar de peso.
Se cree, incorrectamente, que el organismo se acostumbra a vivir con menos energía y disminuye su metabolismo.
Entonces la persona siente que el régimen no está funcionando y se da por vencida.
Por otra parte, si la persona ve que pierde peso rápidamente en los primeros meses se siente tan satisfecha de su logro que comienza a relajarse y a comer más.
Como la pérdida de peso es un proceso lento, existe un lapso en el que el peso continúa disminuyendo incluso cuando la persona comienza a comer más.
Entonces concluye, de forma incorrecta, que ya no necesita ser tan estricta con su alimentación para perder peso.
Eventualmente, sin embargo, el peso comienza a aumentar y llega un momento en que la persona llega a pesar más que cuando comenzó la dieta.
“La lenta escala de tiempo que ocurre con el cambio de peso corporal es responsable de que volvamos a aumentar de peso gradualmente durante varios años, a pesar de haber regresado a nuestro estilo de vida original después del primer año” explica el doctor Hall.
“Los estudios muestran que entre 50 y 80% de los que hacen dieta vuelven a subir de peso”.
El investigador señala que es necesario que los profesionales de nutrición cambien las recomendaciones que dan a la gente que hace dieta para que no caigan en esta trampa.
“Si damos a la gente un panorama realista podremos darle información que les ayude a llevar a cabo sus elecciones” dice el experto.
El investigador afirma que el cálculo de “500 calorías al día” está equivocado porque no toma en cuenta los cambios que ocurren en el metabolismo cuando hacemos dieta.
Para calcular esos cambios el doctor Hall creó un programa de computación que, dice, ofrece un pronóstico más real y confiable de la pérdida de peso.
Sus cálculos reflejan el hecho de que una persona puede perder peso más rápido o más lento que otra, incluso cuando ambas comen la misma cantidad de alimentos y llevan a cabo el mismo ejercicio.
“Una fórmula simplificada es 10 calorías por día por cada 0,5 kilos a la semana” dice el investigador.
“Y tomará un año perder la mitad del exceso de peso que tiene una persona y tres años perder el 95% de ese exceso”.
Y no hay que olvidar, dice el científico, que la base de una dieta es la fuerza de voluntad.
No existe una fórmula rápida para perder peso. Si queremos que funcione una dieta necesitamos ceñirnos a ella, afirma el investigador.
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