Paula Rojas no podía creerlo cuando supo que tendría a tres niños. En un primer momento creyó que sería algo entretenido, y como era madre primeriza sintió que sería bueno enfrentarse a algo que no conocía. Tres años y medio después, confiesa lo contrario “Muchas señales te iban diciendo que no era todo tan fácil, estás 24 horas pendiente de ellos y con el tiempo me he dado cuenta, que cada vez es más difícil la cosa porque los niños son más demandantes”. Sus tres hombrecitos dejaron atrás la rutina del chupete para competir por su atención, y desarrollar una energía desbordante. Sin embargo Paula, miembro de Fundación Multillizos, como otras mamás de múltiples, reconoce que los mitos en relación a los trillizos no son verdaderos. Ella duerme toda la noche, no gasta fortunas en mantener a sus hijos y está feliz.
Natalia Silva también es madre múltiple, parte de la fundación y además psicóloga. Su experiencia profesional, le ha enseñado que “Cuando la mamá se entera lo enfrenta con algo de miedo, excitación y a veces como un shock. Se mezclan muchos sentimientos en la pareja”. Cuenta que regularmente este tipo de embarazos son prematuros por lo que el círculo más cercano se ve enfrentado a situaciones vitales difíciles.
“Es una experiencia muy agotadora y por supuesto maravillosa que yo no cambiaría por nada”, afirma Natalia Silva.
Es ahí cuando los cuidados cobran mayor sentido. Durante el periodo de embarazo, las futuras madres deben asumir que el suyo será un embarazo de alto riesgo. Según especialistas, este tipo de embarazos están clasificados dentro de complejos y por eso sus cuidados deben ser más rigurosos. Es necesario hacer más reposo, no hacer ciertos ejercicios que un embarazo único permite y alimentarse de forma saludable.
Aunque en Chile poco y nada se sabe sobre los consejos nutricionales que debe seguir una madre en estas condiciones, Fundación Multillizos, de la mano de Macarena Derado, consiguió asesorarse por una fundación argentina que explica entre otras cosas, el peso que debe tener la embarazada semana a semana y también los porcentajes de nutrientes a consumir. “Nuestra intención es compartir las experiencias, hacer grupos de apoyo, charlas informativas, influir un poco en la legislación de lo cual no hay nada en Chile”, explica Macarena, hoy socia de la Fundación.
Ser uno e independiente
Enfrentar el paso siguiente es aventurarse en un camino de incertidumbres. Si en un principio, los niños se pensaban en términos logísticos, por significar el triple de comida, cunas, pañales, etc, la realidad es otra cosa. Según la psicóloga Natalia Silva, es importante individualizarlos desde pequeños. Dejarles claro que aunque hayan estado en grupo desde el útero, y probablemente durante toda su vida, ello no representa que deban ser iguales en todo aspecto “Cada uno tiene necesidades diferentes y es súper importante saber verlas y acudir a tiempo para satisfacerlas. Además, es muy importante que cada uno tenga sus pertenencias, su ropa y respetar sus ritmos”.
Paula ha tratado este tema de cerca con ayuda psicológica. Asegura haberse vuelto un poco obsesiva al querer entregar las mejores herramientas a sus hijos, a no hacerlos sentir obligados a diferenciarse. En pleno momento de crecimiento, confirma que la dependencia entre los trillizos es muy grande, incluso voluntaria. Se echan de menos, les gusta vestirse iguales y no aprobaron su examen para entrar al colegio por haber rendido pruebas en salas separadas. “Ellos son bloque total, están pendientes uno del otro todo el tiempo. Sin embargo, tienen personalidades y habilidades distintas y en eso sí son muy diferentes”.
Sobre la dependencia, Natalia Silva explica que se trata de un acercamiento natural entre los niños sobre todo en momentos donde la figura de los padres no está presente, existen problemas o penas “Ellos son entre sí figuras de confianza y de amor muy importantes, entonces lo normal es que acudan en caso de necesitarlo”.
Finalmente, madres y expertos coinciden en que no es bueno caer en comparaciones. Las tres madres múltiples afirman que es normal que suceda, pero es importante reforzar pequeños detalles. Por ejemplo, que los niños lideren ciertas conversaciones por separado. Si uno maneja más un tema que otro, que sea uno quien tome la vocería y así cada uno será fuerte en ciertas situaciones. El hecho de no sentirse disminuídos evitará posibles comparaciones.
Asi, cada una de estas familias ha aprendido a salir a delante en conjunto. Crecer, pelear y ayudarse es parte de su rutina y eso, ya todos los integrantes lo saben.
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