Evaristo Espina, el emblemático personaje del Japenning con Ja, caricaturizó un tipo de trabajador chileno que parece ir en retirada. Un estudio de la U. Adolfo Ibañez (UAI) y la consultora Visión Humana mostró que sólo el 44% de los chilenos reconoce estar satisfecho con el estilo de liderazgo de su superior. El atributo es el peor evaluado entre otros diez ítems, según el estudio Zoom al Trabajo 2011, hecho a 1.500 personas de 18 a 80 años en 12 ciudades del país, que midió el grado de satisfacción de los chilenos en su trabajo.
El estilo de liderazgo es, además, el aspecto que más descendió al compararse los resultados con la versión 2010 del sondeo.
Bajó del quinto al décimo lugar en el ránking de satisfacción, un tema no menor cuando el 60% de los encuestados admite que esta cualidad es fundamental para sentirse feliz y comprometido en su trabajo. “Hoy el estilo de liderazgo está siendo fuertemente sancionado”, admite Patricio Pollizi, investigador y gerente general de Visión Humana.
“Hoy hay una nueva demanda cultural. A los jefes se les exige transparencia, que cumplan lo que dicen y no que todos los días le impongan reglas nuevas”, agrega.
“Ha surgido una conciencia de que la dignidad del trabajador está por delante de sus condiciones técnicas, por eso ya no se acepta un estilo arbitrario de liderazgo”, dice Jorge Sanhueza, sicólogo de la UAI.
Según Pollizi, hoy existe más conciencia en los trabajadores de que su dignidad es fundamental y que el antiguo trato -como el que recibía Evaristo Espina- hoy es inaceptable.
De hecho, la investigación dice que los atributos que los chilenos buscan en un buen jefe van más allá de los conocimientos y su capacidad (que sea visionario, creativo y anticipador son características relegadas a los últimos lugares). Los asalariados criollos esperan de su supervisor respeto y un trato digno (53% que lo considera “extremadamente importante o esencial”), que sea honesto y transparente (52%) y que sea responsable y cumpla sus promesas (51%).
Que sea divertido o entretenido ocupa el último lugar, con sólo un 27%. “Se espera un líder construido desde lo valórico, más que lo pragmático, lo ordenado, lo planificador o creativo que sea”, dice Pollizi.
Estabilidad
La medición también detectó que en otros aspectos que los chilenos confiesan sentirse menos satisfechos en su trabajo están las escasas posibilidades de innovar y el grado de cooperación entre las áreas de la empresa (casi la mitad dice que en su empresa carece de estas posibilidades). En el otro extremo de la tabla, la relación con los compañeros (60% de satisfacción), la estabilidad laboral (54%) y el prestigio de la empresa en el mercado (52%) fueron los aspectos que más satisfechos los tienen.
En cuanto a los aspectos más relevantes para que los chilenos se sientan felices y comprometidos en un lugar de trabajo, el estudio destaca la estabilidad (78% lo considera importante o muy importante, incluso por sobre un buen sueldo y beneficios económicos (76%). De hecho, sólo el 30% accedería a cambiarse de trabajo por un aumento del 10% en su sueldo. También destacaron que sea compatible con la vida personal y familiar (72%).
Desglosando cifras, el sondeo señala que las mujeres (46%) se muestran más satisfechas que los hombres (42%) con sus jefes.
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