Ahora, científicos en Estados Unidos descubrieron cuál es el mecanismo que provoca que la nicotina suprima el apetito.
La nicotina, afirman los investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale, estimula a un grupo de neuronas en la región del cerebro llamada hipotálamo, las cuales se encargan de comunicar al organismo que ya ha comido suficiente y está satisfecho.
El hallazgo, dicen los científicos en la revista Science, podría conducir a un tratamiento que ayude tanto a fumadores como no fumadores a bajar de peso, y quizás, a dejar el hábito de fumar.
“Desafortunadamente, fumar ayuda a no subir de peso” expresa la profesora Marina Picciotto, quien dirigió el estudio.
“Eventualmente lo que queremos es ayudar a la gente a mantener su peso corporal una vez que hayan dejado el hábito, y quizás ayudar a los no fumadores que están luchando con la obesidad”, Prof. Marina Picciotto.
“Eventualmente lo que queremos es ayudar a la gente a mantener su peso corporal una vez que hayan dejado el hábito, y quizás ayudar a los no fumadores que están luchando con la obesidad” agrega la investigadora.
El hallazgo, como explica la doctora Picciotto, fue llevado a cabo fortuitamente.
Hallazgo fortuito
Los investigadores estaban analizando el efecto de un fármaco potencial para la depresión que actúa sobre un grupo de receptores localizados en la superficie de las neuronas.
Estos receptores, llamados receptores nicotínicos, tienen muchas funciones. Una de éstas es ser el blanco de la nicotina en el cerebro.
Al probar el fármaco experimental en ratones, los científicos notaron que los animales tratados comían menos que los que no recibieron el medicamento.
En una serie de experimentos para investigar la causa de esto, los científicos encontraron que el fármaco activaba a un tipo específico de receptor nicotínico que a su vez activaba a un grupo de neuronas en el hipotálamo, llamadas células proopiomelanocortina, o POMC.
También descubrieron que cuando se suministraba nicotina a los ratones, los que tenían desactivadas las células POMC no perdían peso, pero sí aquéllos con las neuronas normales.
Los científicos se dieron cuenta además que estos receptores son diferentes de los que se encargan de activar el ansia por fumar que sienten los fumadores.
“Esto sugiere que es posible conseguir el efecto de supresión del apetito sin tener que estimular los centros de recompensa del cerebro” explica la doctora Picciotto.
Los investigadores creen que el hallazgo podría conducir eventualmente al desarrollo de un medicamento que ayude a mantener el peso en los fumadores que han dejado el hábito.
Estudios en el pasado han demostrado que las neuronas POMC están involucradas en la obesidad, por lo tanto los científicos creen que el hallazgo también ofrece la posibilidad de desarrollar tratamientos para controlar la obesidad y otros trastornos metabólicos.
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