Antes pensaba que las mujeres que tenían relaciones con hombres menores eran inseguras, siempre pensé eso. Ahora me retracto. Hasta hace un par de semanas llevaba un año saliendo con mi Pendex, algo absolutamente informal, pero debo reconocer que ahora que lo patié lo extraño y, aunque no está en mis planes volver, creo que al menos se merece que le dedique una de mis columnas.
Conocí a Pendex en un carrete en mi casa. Me cautivó a los pocos minutos, debo reconocerlo. Es el hombre más galán al que me he enfrentado, es todo lo que uno puede pedir, así bien a la antigua.
Por un prejuicio o no sé qué, me costó en un principio comenzar a salir con alguien dos años menor, pero lo acepté, no era tanta la diferencia. Pero cuando me dijo que en verdad me había mentido y que era cinco años más chico, casi me morí. Nada que hacer, ya estábamos en eso.
Quizás por este cuento de la edad, y por ser mi primera pareja menor, nunca lo vi como algo serio, nunca confié en esto como algo que fuera a ser importante. Simplemente me dediqué a pasarla bien.
¿Qué me atrajo de él tanto tiempo? Es bastante maduro. Aunque todavía no termina la U, trabaja y es voluntario en una institución. Bien completo el cabro. Aunque de repente se le nota que es más chico que yo, la verdad es que es muy serio y eso me encanta. No sé si todos los pendex serán así, pero éste es demasiado galán, muy jugado, guapo y, me hacía sentir lo mejor del mundo, más joven y que yo tenía el control de la relación.
Pero nada es tan perfecto. Lo que me desagradaba harto y una de las razones que me hacía siempre volver a Tierra, es su círculo. Sus amigos son pendejísimos, mirar su Facebook es encontrarme con una tropa de niñitos y niñitas, un mundo totalmente separado del mío. Cuando me contaba de sus carretes me pasaba lo mismo. Mmmmm… definitivamente, no.
Bueno, fue lindo mientras duró. Con éste no resultó, pero ya no me cierro a conocer a alguien menor. Y bueno, según dicen, el peak sexual de una mujer es a los 40, mientras que el de un hombre a los 18. Parece que no andaba tan perdida después de todo.
Historias anteriores de Lulú
- No todos son un buen partido
- Amores incompletos… y recurrentes
- Recaer con el ex, no es tan malo después de todo
- ¿Tan brujas somos las mujeres?
- ¡Hasta nunca, hombres infieles!
COMENTAR