El dermatólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Fernando Valenzuela, afirmó que con la terapia biológica es posible controlar la psoriasis.
Esta patología escama e irrita la piel, pero no es contagiosa y con la cual hay que aprender a vivir.
Los especialistas sostienen que es de esas enfermedades que no tienen cura, que provocan gran cantidad de patologías asociadas, como depresión, artritis, obesidad, hipertensión, problemas de autoestima y que tiene muchos mitos a su alrededor.
El dermatólogo Valenzuela, especialista en psoriasis, explicó que las terapias biológicas son nuevos tipos de medicina, que en lugar de la combinación de compuestos químicos derivan de proteínas humanas o animales, diseñadas para actuar de manera específica sobre ciertos mecanismos orgánicos y que logran corregir lo que no está funcionando correctamente.
“Se trata de moléculas o agentes biológicos (anticuerpos monoclonales, proteínas de fusión, proteínas humanas recombinantes) diseñadas especialmente para interferir con la inflamación que acompaña la psoriasis. Son terapias muy efectivas, inyectables, con pocos efectos adversos, sin embargo, aún de muy alto costo”, explicó el médico.
Aún así, añadió, que estas terapias suponen un gran avance en el tratamiento de la psoriasis ya que tienen una alta eficacia, incluso de hasta un 75% en los casos agudos.
Los beneficios para el paciente son, entre otros, que mejoran la calidad de vida de las personas que la padecen, aumenta su autoestima, los períodos críticos se dilatan en el tiempo, se armoniza el entorno social y se acepta de mejor manera la enfermedad, dijo el especialista.
La causa exacta de esta patología es desconocida, aunque se piensa un origen multifactorial. Parece tener un componente hereditario, pues un tercio de los pacientes tienen antecedentes de psoriasis en la familia. Esta predisposición genética se supone está relacionada con una respuesta inflamatoria, en la cual el sistema inmunitario accidentalmente ataca las células del propio cuerpo.
Normalmente, las células nuevas de la piel toman cerca de un mes para desplazarse desde las capas inferiores hasta la superficie. En la psoriasis, este proceso tarda sólo unos pocos días, ocasionando una acumulación de células cutáneas muertas y la formación de escamas gruesas. Al multiplicarse las células a gran velocidad, la piel se descama cada tres o cuatro días.
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