Opinión: Las mujeres no conducimos mal, lo hacemos excelente

Por Biut y Agencias

Al llegar al primer semáforo, mientras el rojo me permitía estar envuelta en la voz de Miguel, quien me acompañaba con su voz en “Si tu no vuelves”, pensaba en todos aquellos amores pasados y en más de alguno que por ahí anda reboloteando.  Al dar el verde tranquilamente puse primera, partiendo lentamente en concordancia con lo dispuesto para mi día; sin embargo, en menos de 2 segundos un troglodita, de aquellos bien cercanos a los que aparecen en el canal Discovery Channel donde buscan al eslabón perdido, me tapó a bocinazos proveniente de su 4X4 petrolera como si la avenida fuese el mismísimo Dakar citadino.

Para no darle en el gusto, avancé lentamente en mi “city car”, termino que aprendí en uno de mis viajes de trabajo y que todavía no sé si es por lo pequeño o porque en la ciudad no debieran estar permitidos los autos grandes, aquellos que ocupan más de un espacio para estacionar. Obviamente, mi “conducción”, no fue del agrado a mi amigo primitivo, el cual no halló nada mejor que sobrepasarme en increparme con dulces palabras de: “mujer tenía que ser, APRENDE A CONDUCIR”.

No saben la rabia e ira que en esos minutos pasó por mi cabeza y que sólo me hizo salir una dulce sonrisa a modo de sarcasmo. Indignada con tan magnánimo primate primo de King Kong, mis amores y Miguel se fueron inmediatamente, pensando exclusivamente en llegar a la oficina en busca de encontrar la forma científica de desmistificar el mito urbano que nosotras conducimos mal y ellos bien… y lo encontré.

Ladys, no sólo conducimos bien, lo hacemos excelente. Para que ustedes sepan, la mayoría de mis amigas, grupo de odiosas que representan una buena muestra de cómo somos, llegué a la conclusión que todas conducimos de una manera “Ecoeficiente” o llamada “Ecoconducción”. Esta “nueva conducción” aporta una serie de reglas y modos de comportamiento sencillas pero eficaces, que nos permiten sacar un mejor rendimiento a nuestros autos.

Ahora les explico por qué. En el arranque o encendido lo hacemos sin pisar el acelerador, partiendo inmediatamente después, pero ojo, no “Aserruchamos”, avanzamos gradualmente en primera marcha hasta alcanzar segunda. Como no vamos en un Rally y no buscamos hacer que el motor “ronrronee”, nunca nos sobrepasamos de las revoluciones que nos indica el fabricante (lo leí en el manual al bajarme del auto) y esto hace del “rendimiento”, la relación gasto de gasolina y trayecto sea la óptima y no gastemos más de lo debido, lo que para vacaciones nos viene como anillo al dedo. Lo mismo para avanzar en marchas, a 2ª, 3ª, 4ª.

Por lo mismo, tendemos a circular lo más posible en las marchas más largas y a bajas revoluciones, tranquilas y relajadas, a velocidad de circulación uniforme posible; buscando fluidez en la circulación, evitando frenazos, aceleraciones y cambios de marchas innecesarios.

Por más que nos reten, nuestros respectivos, estamos en lo correcto cuando desaceleramos levantando el pie del acelerador dejando rodar el vehículo y frenando de forma suave con el pedal del freno. Finalmente, siempre que la velocidad y el espacio lo permitan, detenemos el auto sin reducir previamente la marcha, apagando el motor cuando esperamos largamente.

Además, conducimos siempre a una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión que permita ver 2 ó 3 vehículos por delante, levantando el acelerador para desacelerar y evitar obstáculos.

Como la mayoría ya conducimos así, amigas, esto nos trae un 15% de ahorro de combustible, disfrutamos de Miguel plácidamente en el confort de nuestro espacio, disminuímos el riesgo de accidentes, nos desestresamos de vuelta de la oficina, hacemos menos ruido, ahorramos en mantención, cambio de frenos, embrague y caja de cambio (esto lo aprendí hoy) y a su vez si además hacemos Carpooling, llevando amigas, ayudaremos en reducir en un 15% la emisiones de CO2 a la atmósfera; o sea contribución total.

Así que la próxima vez que veas que viene un Ralista a tocarte la bocina, no te preocupes, estas conduciendo Eco-correctamente. Ya las dejo, debo terminar mi reporte. Un beso

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